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Duran menosprecia al jefe del Estado y el Congreso sigue permitiéndoselo, ¿hasta cuándo?

Cuando el miércoles 18 junio 2014 se abstenga en la votación sobre Felipe VI no lo estará haciendo un diputado cualquiera sino el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso

Duran menosprecia al jefe del Estado y el Congreso sigue permitiéndoselo, ¿hasta cuándo?
Duran i Lleida CT

La decisión de CiU de abstenerse en la votación de la proclamación de Felipe VI le ha sentado al Gobierno a puñalada trapera. A los de Artur Mas se refería Mariano Rajoy cuando el jueves 5 junio 2014 afirmó que no es momento de hacer «política pequeña», y al día siguiente Soraya Sáenz de Santamaría instó a la formación nacionalista a reconsiderar su postura.

«Tienen todavía un tiempo y les invito a esa reflexión siendo partido de gobierno y sabiendo la importancia de lo que vamos a votar», afirmó la número dos del Ejecutivo para llamar a CiU a «no mezclar debates» y a ser «muy conscientes de que este es un momento importante para la historia de España».

Pero CiU no parece tener la más mínima intención de recular. Es más, en una carta dirigida a su militancia, el portavoz de la coalición en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, se defendía:

«¿Estamos rompiendo nuestro sentido de Estado? ¡No! O, en todo caso, antes lo han roto otros (…). Sólo digo que cuando se quiera un pacto de Estado, se debe invitar a la cocina a hacer el plato, y no sólo a la mesa para comerlo».

Es precisamente Duran i Lleida, habitual mediador entre el Gobierno y la Generalitat de Mas, el que más ha defraudado al Ejecutivo. Y especialmente a la vicepresidenta, con quien mantiene una buena relación personal de cuando ella era portavoz del PP en el Congreso, la legislatura 2013.

Cuando el miércoles 18 junio 2014 Duran i Lleida se abstenga de votar no lo estará haciendo un diputado de CiU cualquiera, sino el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. Se dará la inadmisible paradoja, pues, de que quien viaja por todo el mundo representando a España dará la espalda al nuevo jefe del Estado español. 

Duran, al plato y a las tajadas

Este nuevo desafío del hombre de Artur Mas en Madrid ha devuelto a la actualidad el debate sobre su continuidad como presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores. Un puesto privilegiado – pasaporte diplomático incluido- que ostenta desde los tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero y que Mariano Rajoy le permitió al inicio de la legislatura conservar como gesto de buena voluntad. La que no ha demostrado nunca CiU en estos dos años y medios.  

Vuelve al Grupo Parlamentario Popular el ruido de fondo y las peticiones para que Duran i Lleida sea coherente y dimita. Porque el PP, aunque quisiera, con el actual Reglamento de la Cámara en la mano no puede destituirle.

De hecho, al comienzo del anterior curso político (2012-2013), y después de que Duran i Lleida hiciera varias declaraciones del tipo «Visca Catalunya lliure», la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, le entregó un informe jurídico al al presidente, Jesús Posada, sobre las posibilidades de retirarle de la Presidencia de la Comisión de Asuntos Exteriores. 

Y la principal conclusión, como contó entonces El Semanal Digital, era que sin cambiar el Reglamento del Congreso no había nada que hacer porque éste no contempla la pérdida de confianza en un presidente de Comisión. Entre eso y que Duran i Lleida no parece dispuesto a apearse de la poltrona por más incongruencias en las que incurra, poco hay que hacer.

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El Semanal Digital

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