En los países democráticos persiste un debate abierto sobre la existencia de incompatibilidad o no entre democracia e Islam.
Mientras para algunos no son compatibles, para otros sí lo son.
- Ayatullah
«La moderna teoría política exalta el «bien común». El gobierno democrático intenta poner en práctica la voluntad general, haciendo las leyes y llevando la política votada por la «Mayoría» (que requiere solo el 51%), anulando y callando la voluntad de la minoría, así, no es «libre» en absoluto, incluso en los casos que puede ser sensible y en las circunstancias correctas. Pero «el gobierno por voluntad del pueblo» nunca se despojará voluntariamente de la santidad y esplendor que le ha endosado «la voluntad general, dando prioridad a ese concepto sobre todos los demás valores espirituales».»
La democracia pertenece a la cultura occidental, totalmente enraizada al cristianismo, y el Islam, por su parte, se basa en la religión musulmana. Para los que piensan que son compatibles, existen muchas formas de democracia que no descartan una coexistencia de ambos términos.
- Analista político
«Toda religión, Islam y cristianismo incluidos, sería en principio incompatible con la democracia. Las barbaridades de los integristas así como las del Corán y los hadizes tienen un perfecto paralelo en la Biblia, especialmente el Antiguo Testamento y la Inquisición.»
En este caso, se trataría sólo de la cohabitación del Islam con una forma de Estado democrático, con matices y características propias de su instauración en países de cultura musulmana.