El socialista Puig no tiene intención alguna de suspender sus vacaciones, pase lo que pase
No es habitual que un presidente de la Generalitat «desconecte» por completo 15 días. No lo había hecho antes Eduardo Zaplana, ni Francisco Camps y tampoco Alberto Fabra, ni siquiera Joan Lerma.
Pero a Ximo Puig le deben pesar los 40 días que lleva en el cargo por lo que se toma nada más y nada menos que 15 días de vacaciones (El socialista Ximo Puig y la catalanista Oltra se pelean por la presidencia valenciana más ‘barata’ de la historia ).
Algo que contrasta con sus primeras palabras y promesas tras presidir el Consell: trabajo para una Comunidad que «heredaba» en «emergencia social» (Ximo Puig asegura que «un marasmo legal enorme» condiciona la reapertura del ruinoso Canal 9).
No debe estar tan mal la cosa porque se marcha dos semanas y su agenda se esfuma del panorama mediático y oficial.
Tan prolongada y continuada será la ausencia que se ha habilitado a la vicepresidenta, Mònica Oltra, a que firme los decretos que competen al presidente y ejercerá como tal (presidenta en funciones) a cualquier acto oficial de la Generalitat Valenciana.
Puig se borra del mapa y fuentes de Presidencia de la Generalitat avanzan a El Semanal Digital que incluso si se produjera un suceso o una desgracia que requiriese la presencia del presidente o la convocatoria urgente de un Pleno del Consell sería ella quien lo convocase y presidiese.
Una situación hasta ahora inédita porque revela a priori que Puig no tiene intención alguna de suspender sus vacaciones, pase lo que pase.
Choca esta actitud con las promesas de dedicación total que ha venido repitiendo Puig desde que accediera al cargo.
El senador alicantino Agustín Almodóbar comentaba este miércoles en su perfil de Facebook que «decía el President de la Generalitat cuando accedió al cargo, que la Comunitat Valenciana estaba en una situación de emergencia, pues a los 42 días de tomar posesión ha desparecido de la agenda pública, se ha ido de vacaciones, lo cual me parece estupendo».
Y añadía Almodóbar que durante el descanso «puede aprovechar para meditar y valorar si debe o no ponerse del lado de los valencianos y defendernos como debe ser, ante cuestiones importantísimas como el recurso del Gobierno de Castilla-La Mancha contra el trasvase Tajo-Segura, o quizás decida guardar silencio como hasta ahora y mantener su actitud sumisa ante su homólogo castellanomanchego, poniendo en riesgo el futuro de sectores tan importantes para nuestra economía como la agricultura o el turismo, además del propio abastecimiento a la población, lo sabremos cuando haya descansado, son las cosas del tripartito».
