Pedro Santiesteve, alcalde podemita de Zaragoza, entendía que había quedado olvidado tras el suceso de la gomina —«Es chusco, de película de Torrente»— de modo que se le ha ocurrido salirse del tiesto en lo referente a los atentados de Bruselas del pasado 22 de marzo de 2016.
Apenas un día después, en un acto junto a la corporación municipal en el que se condenaban los terribles ataques a occidente, las siguientes palabras tiraron por tierra el discurso del político de la marca blanca de Podemos en la ciudad aragonesa:
«Ahora de alguna forma nos vuelve esa violencia que hemos contribuido a sembrar en el mundo».
El mayor logro del alcalde podemita está en haberle cargado al contribuyente varios gastos como consecuencia de un viaje a La Coruña para reunirse con más alcaldes por el cambio, y una serie de enseres personales que tiene en el primer edil en su despacho, con la gomina como bien más preciado —Para el alcalde podemita de Zaragoza mantener su ‘pelazo’ es cosa del contribuyente: le pagan la gomina–.
Esta es una muestra más de que los podemitas que no firman el pacto antiyihadista quieren luchar contra el terror con abrazos y flores —Así piensan los ‘lilis’ de Podemos derrotar al terrorismo islámico: con minutos de silencio–, y sin embargo culpan a los propios occidentales de la violencia yihadista despiadada. Otro paso más en las decisiones del partido de Pablo Iglesias —Podemos y sus amigos de Bildu se niegan a firmar el comunicado de condena a la masacre terrorista en Bruselas—