Los ‘regeneradores’ de la vida política que llegaron a las instituciones municipales y autonómicas están calcando las aviesas tácticas que tanto han criticado de los partidos tradicionales. Dedazos, enchufismos a cascoporro y, ahora, turbios contratos para no tener que sacarlos a concurso público.
Esto es en lo que se ha convertido el Ayuntamiento de Madrid bajo la égida de Manuela Carmena, una podemita que hace y deshace a su antojo. Lo último de esta ‘abuelita’, otorgarle a una hija del dictador Fidel Castro el contrato para el estudio de la Memoria Histórica por un euro menos de la cantidad estipulada y así no tener que sacar el proyecto a concurso.
La Ley de Contratos es clara y precisa en ese aspecto, todo contrato de servicios por valor de 18.000 euros o más debe sacarse a concurso público. Carmena, sabedora de este detalle legal, pagó a Mirta Núñez Díaz-Balart, la vástaga del dictador caribeño, 17.999 euros.
Quizá por eso, por elegir a personas sectarias y con graves lagunas intelectuales, luego la concejal de Cultura, Celia Máyer, hizo el más espantoso de los ridículos ante el edil Pedro Corral (PP) cuando éste desmontó todas las mentiras sobre el callejero y sus esencias franquistas. –Carmena y Máyer se dan un tiro en el pie con el callejero franquista: hasta los socialistas llaman a Corral para felicitarle-.