Tenía que saltar la polémica con el cierre de la Gran Vía madrileña al tráfico de vehículos privados –Twitter se pitorrea del último ataque de Carmena a los automovilistas-.
Sólo 48 horas después de que se adoptase la decisión de cortar la circulación en una de las arterias principales de Madrid, la líder de la oposición en el Ayuntamiento capitalino, Esperanza Aguirre, salió en tromba a por Manuela Carmena a la que tildo de «cutre y alocada» por una medida que ha perjudicado al sector comercial y que ha provocado un auténtico caos circulatorio en el centro de la ciudad.
Este 5 de diciembre de 2016, en el programa local de Madrid, en Onda Cero, apuntaba la líder del PP en el Palacio de Cibeles que:
La decisión ha sido esperpéntica y alocada, esto es un esperpento. Ninguna gran ciudad del mundo ha adoptado una decisión similar. Incluso cuando pone el ejemplo de Londres, baste decir que aquí, con esta medida, las aceras miden 9 metros y medio, mucho más que Oxford Street.
Incluso criticó la estética de la ampliación de las aceras
Están cortadas con unas vallas, esto es cutre, esperpético. Carmena se quiere cargar las Navidades. La verdad es que no se qué tiene Carmena en contra de la Gran Vía. Los comerciantes de Montera antes decían que tenían el problema con las prostitutas y ahora con el Ayuntamiento. ¿Por qué ha cerrado la Gran Vía y no la calle Serrano, que es también comercial?, ¿no se atreve».
Y remachaba que todo esto responde a una improvisación:
Ni se lo han pensado y si se lo han pensado sus raíces o sus objetivos ideológicos han pisoteado los derechos de todos los ciudadanos, comerciantes y hosteleros de distrito Centro. Pero es que hasta vecinos de la zona han tenido problemas para acceder a sus casas.