La edil de ERC va camino de la bancarrota por írsele la mano con sus mentiras. La de los ‘dedos rotos’, que no fueron tales, tiene un negocio de productos de huerta que se está yendo al garete tras conocer los internautas que es propietaria, junto a un tal Gerard Piñero, de ‘La Catxaruda’, una tienda de productos ecológicos ubicada en el municipio de Santa Eulalia de Ronsana, en Barcelona.
Marta Torrecillas, Domenech, -concejala de Gallifa (Barcelona) por la candidatura de ERC-Units para más señas-, vende desde butifarra a mermelada y pan de espelta, todo producto catalán 100%.
Y ahora, tras desvelarse por fotos que ayudó a destrozar vehículos de la Benemérita, durante el violento asedio a la Benemérita en la Consejería de Economía hace unas semanas en Barcelona, se sabe que esta individua que acusó falsamente a la Policía de haberle roto los dedos de la mano izquierda «uno a uno» durante los incidentes del 1-O, se ha buscado la ruina, y que pronto tendrá que echar el cierre a su negocio.
Y es que, según da cuenta ‘Es Diario‘, se ha visto de momento obligada a desactivar la página web y el perfil en Facebook de su negocio ante la avalancha de críticas que estaba recibiendo.
Pero ni por ésas, porque las sigue recibiendo en la cuenta de Twitter de la tienda y hasta en Youtube, en un vídeo donde ella y su socio presentan su negocio.
Multitud de internautas están promoviendo el boicot a La Catxaruda, que obtiene buena parte de sus ganancias a través de la venta por Internet.
⛔️#Boicot a empresarios golpistas‼️
La dueña de @LaCatxaruda, ‘borrokeó’ coches de @guardiacivil. https://t.co/yxqkQ1XhyX
Que se los… pic.twitter.com/tOxVotMnw5— María?#155Ya (@JetasdePalacio) 5 de octubre de 2017
Torrecillas fue, durante unas horas, una heroína para los independentistas. Ella misma declaró el domingo haber sido brutalmente agredida por
«defender a la gente mayor porque han pegado a niños y a gente mayor. Me han cogido, me han tirado escaleras abajo, me han dado patadas, me han roto los dedos uno a uno, en medio de las escaleras con la ropa levantada me han tocado las tetas y se reían. Me han pegado mientras lo grababa todo el mundo».
Al final reconoció su mentira en TV3: solo tenía un dedo torcido.