HISTORIAS DE CASTILCIOSA

Los banquetes en La Alcaldada

Los banquetes en La Alcaldada
El castillo de Villaviciosa de Odón. PD

Síganme, por favor, durante un momento. El problema en Castilciosa no es si el alcalde, Puchi Cordobés, trae un grupo rociero con dinero público a una fiesta para familiares y amigos. Lo peor está aún por llegar.

Porque, dado lo barato que salen sus caprichos, podría hasta tirar de VISA municipal y comprar trajes flamencos para que en próximas fiestas el jolgorio presente mejor tramoya. Y no pasaría nada.

«Tener a Tontón Casablanca, Finito Bulto-Aguirroso, Pedrito Hereu, Sit Villadecasco, Líos Fortuni, Quín Nodo i Una, Tinín Galeano, Florinda Chiquetete y demás ‘caciquillos’ en traje corto va a ser la Escopeta Nacional», rumia Puchi mientras corre detrás de los conejos. «Solo falta la estelar presencia de la esposa del coronel del castillo para que mi fiesta sea redonda».

Castilciosa, como su nombre indica, también tiene castillo. Allí vivió y murió un Rey de España hace poco más de dos siglos y medio. Pero Puchi Cordobés, virtuoso estoico, mantiene el palacio cerrado y protegido por un avión militar.

En lugar de atraer «fastidiosos» turistas de visita al Real Sitio, la histórica habitación donde expiró el monarca sirve para hacer fotocopias. Es la peculiar manera de Cordobés de velar por el patrimonio de los castilciosos. Como en fiestas, que cierran los jardines públicos más representativos para que no los estropeen los vecinos al salir a sus calles a divertirse.

Y permítanme comentar el penúltimo afán de Puchi. Cada día tiene su sobresalto. Se ha metido en otro charco por salvaguardar sus prerrogativas.

El bastón de mando es lo que tiene. En una finca en terreno rústico de alta protección ambiental, La Alcaldada, naturalmente sin licencia, se celebran banquetes de bodas que el alcalde promociona enviando concejales a casar. Sit Villadecasco, siendo edil, casó allí a su hija. La Fiscalía tiene fotos. De Sit y de otros.

Además, el alcalde ha dado orden escrita a la policía municipal para que ni se le ocurra pasar por el lugar a no ser que él mismo lo ordene. Vayan a molestar al propietario, el importante empresario gallego, íntimo amigo de Cordobés, Chisto Boquerón. También valora el fiscal tan irregular orden.

¿Prevaricación? La palabra de Puchi Cordobés es la ley. ¡Tiempos ingratos, en los que la gente no entiende lo duro de mandar! ¡Qué espanto!

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído