La Iglesia catalana vuelve a mostrar sus simpatías independentistas. Los obispos catalanes han emitido un comunicado aprovechando el tiempo de Cuaresma donde muestran su preocupación por «una cuestión concreta» que les «preocupa»: el estado de prisión preventiva de Oriol Junqueras, ‘Los Jordis’ y compañía.
Así las cosas, la Conferencia Episcopal Tarraconense, que agrupa a los obispos de las diócesis catalanas, piden «una reflexión serena sobre este hecho» (el encarcelamiento de algunos miembros del destituido gobierno de la Generalitat) «en vistas a propiciar el clima de diálogo que tanto necesitamos y en la que no se dejen de considerar las circunstancias personales de los afectados».
Es decir, típico lenguaje de retórica eclesiástica para reclamar la libertad de todos los golpistas.
Para los obispos de Cataluña, todo el desafío independentista que ha desembocado en el peligroso y amenazante ‘procés’ es un «problema político» que «no podemos ignorar ni menospreciar» y que «obliga a buscar una solución justa a la situación creada que sea mínimament aceptada para todos».
De leerle la cartilla a los provocadores de esta situación, que acabó desembocando en la aplicación del hasta entonces inédito artículo 155, y en concreto de hablar de la tremenda responsabilidad que en todo este proceso ha tenido el fugado Carles Puigdemont, ni una sola línea.
«No nos corresponde a nosotros optar por una determinada propuesta a los nuevos escenarios que en los últimos tiempos se han planteado», concluye el comunicado, que defiende «la legitimidad moral de las diversas opciones sobre la estructura política de Cataluña que se basen en el respeto de la dignidad inalienable de las personas y de los pueblos y sean defendidas de forma pacífica y democrática».
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