El president catalán Quim Torra ha reeditado la maniobra de remitir una carta a medio mundo para intentar demostrar su supuesta voluntad de diálogo y la teórica maldad de España al no permitir su independencia (Inés Arrimadas: «Señor Torra, no confunda la debilidad de Pedro Sánchez con una debilidad de la democracia»).
Pero la osadía de esta carta ha superado a las remitidas por anteriores mandatarios separatistas y ha rebasado cualquier expectativa: porque se trata de la carta que remitió al presidente del Gobierno (El padre de Marta del Castillo acribilla a Pedro Sánchez por su cobardía con Torra: «Sal a decir las cosas»).
Y tal y como le avisaba en la propia misiva, reenviaba a medio mundo dejando claro que no pensaba mantener la más mínima discreción ni reserva, según recoge Carlos Cuesta en okdiario.
Exige, de forma muy descarada, manipular abiertamente el juicio del 1-O por medio de la interferencia absoluta y directa del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial frenando la acusación del Ministerio Fiscal.
Torra se apoya en una supuesta y totalmente irreal mayoría social nunca confirmada en las elecciones: «Estará al tanto del aumento del apoyo público a la independencia catalana durante las celebraciones del Día Nacional de Cataluña de este año en Barcelona y en otros lugares de Cataluña», señala Torra al presidente Sánchez.
El president insiste en que la gente sale a la calle de forma masiva por la «demanda de los líderes políticos de Cataluña para avanzar hacia el establecimiento de una república independiente, y la demanda de la liberación de los presos políticos. […] Creemos que el Gobierno catalán tiene el mandato popular necesario para avanzar en estos dos temas».
Casi de inmediato, en su texto, entra en la reclamación de violar la independencia judicial:
«Tengo que decirle ahora que si este proceso prosigue [el judicial], basado en las acusaciones también sostenidas por el Fiscal Público, y si alguno de los presos es condenado a prisión por sus creencias, la presión pública exigirá la independencia. La república se convertirá en una demanda abrumadora».
«Nuestro objetivo es simple: garantizar el respeto de la voluntad de la población catalana a través de un referéndum libre y vinculante»
«Le escribo formalmente para pedirle que autorice a su gobierno a iniciar el diálogo lo más rápidamente posible. La parte catalana está lista para comenzar este proceso sin condiciones previas. La brecha no es, en mi opinión, insalvable. La postura catalana no está fija en asegurar la independencia inmediata de España. Nuestro objetivo en las negociaciones es simple: garantizar el respeto de la voluntad expresada democráticamente por la mayoría de la población catalana, a través de un referéndum libre y justo legalmente vinculante, en el que ambas partes acuerdan cumplir con el resultado», añade la carta.
Una de sus grandes reclamaciones y casi obsesiones es que los presos golpistas salgan de prisión: «Comprenderá que será cada vez más difícil pasar a conversaciones sustantivas sobre la futura relación entre Cataluña y España» mientras «siguen encarcelados» líderes separatistas.
«Por lo tanto, le solicitamos, como un gesto significativo hacia la sociedad catalana, que invite al Ministerio Público a retirar los cargos o, por el momento, levante todas las objeciones a su liberación provisional, en espera de juicio, como medida de fomento de la confianza», señala sin más rodeos. Lo que traducido supone una violación de la necesaria independencia fiscal de cara a rebajar la acusación y producir consecuentemente una manipulación política del rumbo del juicio.
«Nuestro equipo de negociación siempre está listo para comenzar las discusiones. Por lo tanto, le pido que confirme por escrito, tan pronto como sea posible, que su Gobierno está listo para entrar en negociaciones», añade.
Pero la osadía de Torra no acaba ahí, sino que acto seguido confirma que hará pública la carta a los líderes de medio mundo: «Estoy copiando esta carta a la UE a los líderes mundiales enumerados a continuación para que el proceso de diálogo sea lo más transparente posible».
Concluye, por si no quedaba suficientemente clara su amenza:
«Sin embargo, permítame reiterar que, en ausencia de un diálogo significativo, mi predicción es que el juicio y la condena de los presos políticos probablemente conduzcan a una demanda abrumadora de independencia inmediata de España. Por el bien de todos, una transición administrada sería el curso preferible, y es lo que ahora le estoy proponiendo». La carta efectivamente ha sido remitida ya a todos los líderes europeos y a mandatarios como Donald Trump, Vladimir Putin o Xi Jinping.
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