Un paso en falso más que precipita a la perspectiva de género por el abismo del despropósito.
Lo ha dado el socialista Javier Lambán, que ha distribuido de la mano del gobierno aragonés un manual en el que se explica a los funcionarios cómo deben dirigirse a los ciudadanos. En el mismo se trata «el lenguaje inclusivo» como necesidad para crear una sociedad «igualitaria y respetuosa»
Dirigido a las administraciones públicas, el Gobierno de Aragón lo tiene claro. Su «Lenguaje inclusivo con perspectiva de género» tiene miga: se recomienda a los funcionarios que en vez de decir «el niño» o «la niña», usen alternativas inclusivas como «la criatura» o «la/el infante».
Asimismo, según se hace eco ‘OkDiario’, habría que sustituir «presa» y «preso» por «la población reclusa», o «administrativa» y «administrativo» por «el personal administrativo» o la «plantilla administrativa».
«El lenguaje no es una mera herramienta mediante la cual expresamos y comunicamos nuestros pensamientos. El lenguaje construye nuestro pensamiento y a través de él entendemos el mundo y construimos y extendemos nuestra cultura»,
argumenta el escrito que consta de 65 páginas.
La guía fue encomendada a profesor del Departamento de Lingüística general e Hispánica de la universidad de Zaragoza.
La palabra hombre tampoco está bien vista por el Gobierno de Lambán que cree que «la primera y principal recomendación es que su uso se restrinja a su significado de «persona(s) de sexo masculino» y que, preferiblemente, se emplee varón/varones en su lugar».
Esto se debe a que, según el manual, la palabra «hombre» no puede usarse como termino para denominar a los seres humanos porque «que adolece de una ambigüedad más intensa».