Un jarro de agua fría cayó en Butarque en el minuto 96, cuando tenía amarrado un punto importantísimo para los intereses del equipo pucelano.
El partido se puede calificar como «horribilus», uno de los peores que se recuerda del Real Valladolid en mucho tiempo, fallos, imprecisiones, falta de ímpetu y mucho miedo a perder.
Pero todo eso tiene que cambiar de forma inmediata y cambiar el chip, buscando esas tres victorias que darían la casi segura permanencia. El domingo es una gran oportunidad la que tienen contra uno de los grandes de la temporada, el Sevilla, al que hay que ganar sí o sí y supondrá el punto de inflexión para mirar hacia arriba con decisión… ¡A por ellos!.