Ya lo dice muchas veces en sus editoriales Carlos Herrera, que en este país hay más tontos que botellines.
Y desde luego a los que hacen o sueltan tonterías se merecen una buena descarga del desfibrilador de tontos para ver si espabilan. Un candidato ideal es, sin el menor rastro de duda, el presidente socialista de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig.
El jefe del Ejecutivo levantino no debe estar llevando muy bien el confinamiento y no hay tenido mejor ocurrencia que fomentar entre los jóvenes el consumo de pornografía desde un punto de vista de género, es decir feminista. Parece que le preocupa más las necesidades primarias y corporales que la necesidad perentoria, como le pasa a otras comunidades, de pertrecharse ante la crisis del coronavirus.
Como ya espetó una vez ese ‘portento’ de vicepresidenta primera, Carmen Calvo, cuando era minsitra de Cultura con José Luis Rodríguez Zapatero, como «el dinero público no es de nadie», el mandatario valenciano invita a la juventud valenciana a adentrarse en el mundo de la pornografía, pero con ese sesgo genérico que los progres pretenden inyectarle a cada medida que implementan.
La Generalitat Valenciana ha puesto en funcionamiento un portal web en el que los jóvenes pueden consultar actividades para realizar durante el periodo de confinamiento. Una de las acciones sugeridas es una charla para consumir «porno feminista».
Esta acción está impulsada por la Asociación por los Derechos, la Educación y la Salud Sexual y Reproductiva del País Valenciano (DESSEX) y su objetivo primordial no es otro que la promoción de los derechos sexuales feministas y defendiendo a los colectivos más vulnerables como pueden ser los jóvenes y las minorías étnicas.
DESSEX critica en esa charleta oligofrénica que la industria del porno ese esencialmente machista puesto que su producción siempre ha ido enfocada hacia los hombres y que, habitualmente, tiende a infravalorar el papel de la mujer, a la que considera una mera figurante.
Asimismo, reclama que se dejen de ver féminas de buen ver y de cintura de avispa, así como que dejen de interpretar papeles de sumisión. En definitiva, que pretenden que se le dé más bola a las féminas más entradas en carnes y con actitudes dominadoras sobre el varón
«PORNO IGUALITARIO»
Las responsables de esta actividad fomentada por Ximo Puig rechazan el porno actual por considera que en el mismo:
Se fomenta la cultura de la violación porque no se suele pedir permiso.
Y reclaman ese ‘porno feminista’ porque, a su juicio es la única manera en la que se puede alcanzar una igual real entre los hombres y las mujeres y donde exista un disfrute de todas las partes implicadas en las proyecciones de ese género cinematográfico:
Se trata de un material donde todos los que intervienen se tratan con respeto, la remuneración es la justa y hay posibilidad de elección. Además, incorpora un porno donde se cumplen las fantasías sexuales de los y las ‘performers’.
Aclaran que no se trata de una pornografía que excluya o arrincone a los hombres ni tampoco se busca su estigmatización.
