Seguro que en la próxima Semana Santa, en el caso de que en 2021 se celebre como Dios manda, no estarán al frente de las procesiones.
Está claro que reclamarle espíritu religioso a los socialistas y a los podemitas es como pedirle peras al olmo.
Pero una cosa es no tener vocación espiritual y otra muy diferente la de saltarse a la torera acuerdos legalmente suscritos para poner en la calle, como vulgares mercaderes, a una cofradía. Pero para algunos políticos las firmas no dejan de ser un papel mojado que pueden romper a las primeras de cambio y además sin poner con la cara encarnada.
Y eso es lo que concretamente ha hecho la alcaldesa socialista del municipio madrileño de Alcorcón.
Natalia de Andrés, que se ha tenido que rodear y apoyar en Unidas Podemos para poder gobernar esta ciudad dormitorio pegada a Madrid, no ha tenido mejor idea que la de romper la firma de un contrato con la Ilustre Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza de Alcorcón para el uso y disfrute de una sede.
La primera edil de esta localidad ha optado por revocar unilateralmente la cesión del local público que la entidad religiosa utilizaba desde hace un año como Casa de Hermandad para el desarrollo de sus actividades sociales y culturales.
La justificación para expulsar a los religiosos de ese inmueble se basa en las urgencias que tenía la empresa de servicios municipales de Alcorco, Esmasa, que utilizará ese local como cantón de limpieza.
La alcaldesa socialista insistió en que ahora mismo al municipio le urge resolver los problemas que tiene con la limpieza:
La limpieza es una de las prioridades y uno de los problemas más grandes que ha tenido esta ciudad y evidentemente tenemos que cuidarlo y dotarlo de medios.
De Andrés hizo referencia a la cláusula sexta del contrato que la cofradía había suscrito con el anterior edil, David Pérez, del Partido Popular, y hoy consejero de Vivienda en la Comunidad de Madrid, que decía que por razones de interés público podría revocarse esa cesión municipal.
TINTES POLÍTICOS
Desde la cofradía tienen claro que la decisión responde únicamente a motivaciones políticas. Arantxa Álvarez García, hermana mayor de la hermandad aseguró que esta medida es un atropello y una falta de respeto intolerable.
A estas alturas de la película nadie duda de que el incumplimiento del contrato se debe a que la anterior administración era del Partido Popular y que, para más inri, la beneficiaria de la cesión del local era una hermandad. Igual si hubiese sido una asociación dedicada a la promoción del macramé o de los bailes regionales… Por eso Álvarez García se muestra tajante:
Queremos denunciar lo que consideramos un atropello y una falta de respeto a nuestra Hermandad y a los más de 300 hermanos que componen nuestra entidad, así como a los numerosos fieles y devotos de Alcorcón. Lamentamos que se haya dado el paso de forma unilateral y sin ofrecer una vía de diálogo.
