La ‘ciudadana’ Inés Arrimadas debería de retirar de una vez por todas su mano tendida al Gobierno Sánchez.
Está claro que en Moncloa ya han decidido qué socio escoger, aparte del obligatorio de Unidas Podemos, para sacar adelante proyectos tales como el de los Presupuestos Generales del Estado para 2021.
A la tropa de Pedro Sánchez le pone trempante eso de coaligarse con lo ‘mejorcito’ de cada casa. Así que no hay recelos ni ascos en escoger a Bildu como compañero de fatigas para decidir cuestiones del máximo interés nacional.
Eso sí, parece que los Iván Redondo de turno hacen perfectos oídos sordos a lo que formaciones como las de Arnaldo Otegi no disimulan un ápice en esconder, que quieren cargarse España como sea.
Y como botón de muestra lo que sucedía el 12 de noviembre de 2020. Mientras en el Congreso de los Diputados Bildu aportaba sus cinco diputados para que los PGE pasaran su primer trámite parlamentario, en el Parlamento Vasco uno de sus miembros era bien claro y directo.
Vamos a Madrid a tumbar definitivamente el régimen.
Esas palabras no fueron dichas por un cualquiera. Se trata de uno de los hombres de la entera confianza de Arnaldo Otegi, concretamente de Arkaitz Rodríguez, todo un pata negra en lo que se refiere a la lucha armada.
De hecho, tal y como publica este 14 de noviembre de 2020 el diario La Razón, este parlamentario vasco, antes de descansar sus posaderas en el escaño, pasó un total de ocho años en prisión por pertenencia a la banda terrorista ETA.
De 41 años de edad, con poco más de 20 ya estaba vinculado en 2001 a la organización juvenil Haika y formaba parte de quienes estaban captando a jóvenes para el entorno etarra. Eso provocó que pasara 18 meses en la cárcel, si bien fue absuelto en 2006 por falta de pruebas.
A partir de ahí estuvo trabajando con Arnaldo Otegi hasta que fue nuevamente detenido en 2009 y llevado a prisión, en este caso junto al propio Otegi, Rafael Díez Usubiaga, Miren Zabaleta y Sonia Jacinto. En total pasó más de seis años en prisión, donde llegó a compartir módulo con el histórico líder de Herri Batasuna en la penitenciaría de Logroño.
A su salida de la cárcel, siguió colaborando estrechamente con Otegi y desde septiembre de 2017 suplió a este como secretario general de Sortu / EH Bildu. Como parlamentario en la Cámara vasca, Arkaitz se levanta un sueldo anual superior a los 75.000 euros y que le dan toda la fuerza del mundo para amenazar la vigencia del actual sistema.
Y todo con el consentimiento tácito de un Gobierno socialcomunista que solo está pendiente de que la aritmética parlamentaria no tumbe sus privilegios.