Las investigaciones de la Policía de Madrid desvelan que los sabotajes y robos solo se registran en espacios sin cámaras de seguridad

Enfermera del Zendal: «Los sabotajes son realizados por trabajadores del Hospital afines a la izquierda»

Los boicoteadores llegaron a impedir que los médicos pudieran revisar las constantes vitales de los pacientes

Enfermera del Zendal: "Los sabotajes son realizados por trabajadores del Hospital afines a la izquierda"
El Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal PD

El Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal tiene el enemigo dentro.

Una enfermera del Zendal, que ha solicitado permanecer en anonimato por seguridad, no solo confirma a Periodista Digital la existencia de sabotaje y robos dentro del ‘Hospital de las pandemias’, sino que apunta que a sus culpables:

“Los sabotajes son realizados por trabajadores del Hospital afines a la izquierda. Son los que cortan cables o rompen cosas con el objetivo de que aparezca en las noticias y dañar la imagen del Hospital”, afirma la profesional sanitaria a este diario en exclusiva.

La enfermera admite que “desde su inauguración, el Zendal ha sufrido una campaña de acoso y hostigamiento. Es algo con lo que trabajas porque entiendes que es una lucha de intereses políticos, pero cuando se pone en juego la salud de los pacientes no me puedo quedar callada…”.

“Muchos de los que sabotean al Hospital son personas que vienen, pasan una temporada estudiando el centro y dónde están las cámaras, y finalmente hacen los deterioros antes de irse”, explica la sanitaria.

Unos datos que coinciden con lo expuesto en las primeras conclusiones a las que ha llegado la Unidad contra el Crimen Organizado de la Jefatura del Cuerpo Nacional de Policía de Madrid.

El informe, que fue desvelado por OkDiario, apunta a que: “Los laringoscopios y los Ambús -respiradores-se encontraban en los carros de parada y las pinzas en los cajones del control de enfermería, que se encuentra en la zona de pacientes menos graves (…) Tanto en la zona de cuidados intermedios -la de los pacientes menos graves-, incluido el almacén -donde también ha habido robos- no existen sistemas de vigilancia que pudieran haber capturado imágenes de los hechos”.

A lo que agregan que: “Sólo existen cámaras de seguridad en el pasillo general de la planta -1”, justamente donde no se ha producido el robo de ningún tipo de material ni sabotaje alguno.

La enfermera del Zendal muestra su total rechazo a los saboteadores y al uso del centro y de las vidas de los pacientes como un arma política contra Isabel Díaz Ayuso.

“A esto estamos llegando… a que las ideas políticas van por encima de la salud de las personas. Porque esta gente no sabotea al Hospital quitándole la tinta a una impresora, sino que van mucho más allá y juegan con la vida de los pacientes”, indica a Periodista Digital.

A pesar de que no quiere detallar a qué tipo de personal del hospital identifica dentro de los sabotajes al Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal, la profesional sanitaria deja una escalofriante reflexión: “A mí lo que más miedo me da es que estos tarados estén con gente enferma dentro del Hospital y hasta donde son capaces de llegar”.

Desconectar a los médicos

La denuncia que los responsables del Hospital Isabel Zendal ofrece detalles de los daños realizados: tanto por la sustracción de gran cantidad de material médico que podía perjudicar la atención a los pacientes, como los actos de sabotaje propiamente dichos.

Uno de los más inquietantes es la desconexión de un dispositivo de forma que, durante una hora y media, los médicos no tenían conexión con los aparatos que miden las constantes vitales de los pacientes.

Además, en otra ocasión se encontró ropa y material que había estado en contacto con los paciente, y que por lo tanto estaba probablemente contaminado, fuera de los espacios previstos para estos enseres, de forma que terceras personas pudieron estar expuestas al virus.

La denuncia incluye más detalles sobre uno de los sabotajes habituales que ya se habían conocido: que se arrojaban «todo tipo de material (compresas, guantes, batas, empapadores, epis) al inodoro», lo que obviamente inutilizaba el váter.

Otro de los actos fue la activación de una alarma a altas horas de la madrugada en un cuarto de celadores, lo que supuso «un grave trastorno a los pacientes» y al personal del centro y que se generase «un estado de preocupación, incluso de pánico», ya que se activó una grabación en la que se describían los pasos para abandonar las instalaciones.

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Autor

José Antonio Puglisi

Periodista italovenezolano especializado en economía y periodismo de investigación.

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