Justo antes de iniciar la entrevista, en la pantalla del televisor que estaba encendido sin sonido en el bar de la sierra madrileña donde Isabel Díaz Ayuso acababa de celebrar una cumbre con Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León, y una representación de los empresarios, trabajadores y vecinos perjudicados por el plan de Pedro Sánchez de cerrar las pistas de esquí de Navacerrada, apareció un breve texto anunciando que el líder del PSOE, desde Africa, decía que no creía las cifras de coronavirus que estaba dando la Comunidad de Madrid.
Díaz Ayuso se limitó a enarcar las cejas y tirar de refranero: «Cree el ladrón que todos son de su condición».
Después, cuando le pregunté si no tenía la impresión de que detrás de la desaforada inquina que parece profesarle Sánchez había algo personal, comentó muy seria que debía ser todo ‘político‘, porque el líder del PSOE ‘ni siente ni padece‘.
Cuando en un futuro se estudie la pringosa presidencia de Sánchez, los historiadores destacarán tres aspectos y todos de psiquiatra.
La primera es que se metió en La Moncloa y se mantuvo dentro aliado con partidos separatistas catalanes, que acababan de impulsar un golpe de Estado contra España y con proetarras vascos, que aplauden un millar de asesinatos.
La segunda es que gobernó coaligado con los comunistas, que no tocaban poder desde los tiempos tristes de la II República, las chekas y los fusilamientos de curas.
Y tercero, que mintió sin límites y desaforadamente.
Lo está haciendo sin sonrojo, empecinado en influir en la campaña electoral, intentando a la desesperada que no se hagan realidad los pronósticos de las encuestas y que el próximo 4 de mayo de 2021, no arrase en las urnas Díaz Ayuso y -previsiblemente con el apoyo de VOX– renueve como presidenta de la Comunidad de Madrid.
Lo tiene complicado el socialista. Este mismo 10 de abril de 2021, en el barómetro de GAD3 que publica ABC, sus candidatos –Pablo Iglesias y Angel Gabilondo– son suspendidos sin matices por los madrileños.
Entre todos los aspirantes a presidir Madrid, la única que es aprobada y con holgura es la popular Ayuso.
Algo tremendo o muy siniestro tendría que ocurrir, para que dentro de 24 días, cuando los madrileños acudan a las urnas, no gane y por goleada Isabel Díaz Ayuso.