La presidenta de la Comunidad de Madrid había destrozado al ministro comunista en un tuit de apenas cuatro palabras

A Monedero se le ‘calienta la boca’ y llama “idiota” a Ayuso por no acatar la última cacicada de Garzón

El cofundador de Podemos, defensor de los regímenes más autoritarios de América Latina, también insultó a José María Aznar y Esperanza Aguirre

A Monedero se le ‘calienta la boca’ y llama “idiota” a Ayuso por no acatar la última cacicada de Garzón
Juan Carlos Monedero e Isabel Díaz Ayuso PD

Juan Carlos Monedero quiere que los españoles se sometan (sin rechistar) a las cacicadas del Gobierno PSOE-Podemos.

Al cofundador de Podemos no le gustó que Isabel Díaz Ayuso criticara el real decreto en el que trabaja el ministro Alberto Garzón para regular la publicidad de determinados alimentos considerados no saludables que están dirigidos al público infantil o consumidos mayoritariamente por ellos.

La presidenta de la Comunidad de Madrid echó por tierra toda la campaña del comunista con un solo tuit: “Drogas, sí; dulces, no”. En este sentido, reprocha que el Ministerio de Consumo pierda el tiempo con sus imposiciones sobre la sociedad (como ya hicieron con el consumo de carne), mientras apoyan la legalización de las drogas pese al impacto que podrá tener justamente entre los más jóvenes.

 

Al observar cómo Ayuso vuelve a dejar al Gobierno de Pedro Sánchez en ridículo, Juan Carlos Monedero se ‘calentó’ y terminó tildando de “idiota” a la ‘popular’ que arrasó en las votaciones del 4-M con el ‘líder supremo’ del antiguo asesor de la dictadura de Venezuela, Pablo Iglesias.

Un ataque en el que aprovechó para también cargar las tintas contra José María Aznar y Esperanza Aguirre.

“Aznar: alcohol al volante; Esperanza Aguirre: tabaco en los sitios públicos; Díaz Ayuso: bollería industrial con azúcares y grasas saturadas a los niños. Si se levantara Locke, Smith o Mill, les entrarían tentaciones leninistas con tanto imbécil”.

 

Una pataleta digna de los regímenes a los que defiende en América Latina, donde se busca la descalificación y el insulto del adversario político que no ataca en silencio y de forma sumisa cualquier imposición de la dictadura, por ilógica, perjudicial o antidemocrática que esta sea.

‘Zasca’ desde Cataluña

Alejandro Fernández también se hartó de la “Santa Inquisición progresista”.

El presidente del Partido Popular de Cataluña reacciona a la decisión del ministro Alberto Garzón de prohibir la publicidad dirigida a niños de chocolates, pasteles, dulces, helados y zumos.

El comunista ofreció nuevos detalles sobre el real decreto en el que trabaja para regular la publicidad de determinados alimentos considerados no saludables que están dirigidos al público infantil o consumidos mayoritariamente por ellos.

Sin embargo, lejos de recibir el aplauso de los ciudadanos acabó llevándose un brutal varapalo de Alejandro Fernández.

A través de su cuenta de Twitter, el ‘popular’ criticó “la Santa Inquisición progresista” tanto del ministro comunista como de la ministra de Igualdad, Irene Montero: “Prohibidas las miradas, los piropos, la carne roja, las golosinas…son un auténtico coñazo. Menos mal que nadie les va a hacer ni caso…”.

En este sentido, el presidente del Partido Popular de Cataluña recuerda que Irene Montero planteó a principios de octubre «un protocolo contra el acoso sexual en el trabajo» que juzgue las denuncias en 30 días.

“Bromas y comentarios sobre la apariencia sexual”, contactos “indeseados” en redes sociales o “miradas impúdicas” son algunas de las conductas que se pide sancionar en los planes internos de las empresas para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en el entorno laboral. Según datos del ministerio de Igualdad, una de cada cinco mujeres que sufre acoso sexual en España asegura que fue en su lugar de trabajo.

El protocolo que tipifica qué actitudes deben ser consideradas como acoso ha sido elaborado por el Instituto de las Mujeres, organismo adscrito al Ministerio que encabeza la podemita.

El ‘popular’ también pone sobre la mesa la búsqueda de la reducción del consumo de las carnes roja, una polémica que llevó a la intervención de Pedro Sánchez para intentar calmar el malestar de la sociedad.

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