Lo de la Asamblea de Madrid este 11 de noviembre de 2021 solo se puede calificar como bestial.
La pregunta de Mónica García, la portavoz de Más Madrid, ya saben; médico, madre, forrada y pistolera, iba sobre la juventud de la región pero arrancó con una súplica pesadísima y bochornosa a la presidenta.
La errejonista quiere que la presidenta le mire a los ojos mientras habla. Tiene ese problema de afecto o necesidad de ‘casito’ preocupante, porque es por lo menos la tercera o cuarta vez que se lo pide en su turno de preguntas en el parlamento regional.
Ayuso se desesperaba, hastiada con esta insistente petición de García a pesar de las explicaciones que ya le ha dado en otras ocasiones…
Señora presidenta, mire esta semana hemos celebrado La Almudena, y yo no soy mucho de milagros pero casi podría decir que sería un milagro si usted me mirara mientras le formulo la pregunta y le hago la réplica. No pierdo la esperanza en que usted pierda la mala educación. Y lo que sí sería un milagro es que usted respondiera mínimamente a lo que le pregunto.
Después de la bobada venía la pregunta de García sobre los jóvenes de la región, y a ello se acogía la presidenta para contestar:
¿Qué busca la mayoría de los jóvenes? Empleo, y Madrid es de las comunidades con la tasa de empleo más inferior, ayudamos a la empresa y fomentamos el emprendimiento. ¿Ustedes qué fomentan, la semana de cuatro días, que ya se van a herniar, ¡y luego se juegan la reforma laboral de todos los españoles con el entorno político de ETA!
Pero había más, y fue in crescendo el soberbio discurso de Ayuso:
Cuando a mí me llaman fascista y que estoy en la lista, usted mira para otro lado; cuando fomentan que las mujeres tienen que llegar solas y borrachas, miran para otro lado; cuando hablan de empujarlas al aborto con total frivolidad…; cuando promueven asaltar capillas, boicotean hospitales públicos; cuando politizan el atropello de una niña a la puerta del colegio, que no esperaron ni tres días… ¡Cómo espera que ni la mire!