LA DESMEMORIA DEL PRESIDENTE SOCIALISTA DE CASTILLA-LA MANCHA

Page usa a los niños con cáncer en campaña electoral después de haberles quitado la TV en el Hospital de Toledo

Incluso les llegó a retirar las neveras que tenían en las habitaciones

Emiliano García-Page.
Emiliano García-Page.

El presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, piensa que los castellano manchegos no tienen memoria y han olvidado que hace justo un año, en 2022, obligó a los niños con cáncer a pagar por ver la TV en el Hospital de Toledo, y les capó el wifi impidiendo que pudieran jugar con sus dispositivos.

Un año después, Page, en plena deriva electoral, se permite ahora la desvergüenza de anunciar unidades de cuidados paliativos precisamente para los niños con cáncer. Afirma que será la primera medida del nuevo Plan Regional. Y ya hay quien apunta que si el Plan comienza de esta manera, sólo queda comprobar qué otros colectivos se van a ver insultados y menospreciados con el resto de decisiones.

Fue el mes de mayo de 2022 cuando las familias de los niños con cáncer denunciaron que en Castilla-La Mancha se estaba perjudicando gravemente a los pequeños pacientes, al exigirles pagar 5 euros al día para poder ver la televisión en el Hospital Universitario de Toledo.

A través de la plataforma Change.Org, Beatriz Portillo solicitaba que el servicio de televisión en el nuevo Hospital Universitario de Toledo pasara a ser gratuito para estos pacientes, manifestando que «es un abuso imperdonable que la familia de un niño hospitalizado con cáncer tenga que pagar 5 euros al día para poder encender el televisor». Esta iniciativa fue todo un éxito, pues en tan sólo unos días tuvo el respaldo de casi 2.000 firmas de apoyo.

«Los niños, padres y madres que están en la planta de oncología infantil no van a pasar el rato; están recibiendo un tratamiento que los mantiene ingresados durante semanas y meses y encender la televisión es una ayuda que puede evadirles de la cruda realidad que están viviendo».

Así, calificaron la situación como un «abuso imperdonable» y lamentando «la falta de empatía y solidaridad de la dirección del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, que se ahorra así el coste de los equipos y su mantenimiento a cambio de que sean empresas privadas quienes asuman esa tarea y hagan negocio con ella».

Tal y como se indica en la petición, «la administración tiene la opción de comprar equipos de televisión y ponerlos gratuitamente a disposición del paciente y no lo está llevando a cabo”.

Ante esta denuncia de padres y madres, también se pronunció la Asamblea en Defensa de la Sanidad Pública de Toledo, afirmando que hay familias de pacientes oncológicos que «tienen que desplazarse de sus casas para pasar largas temporadas en el Hospital Universitario de Toledo y que, en muchos casos, no pueden sufragar dicho gasto”.

Pero, por si fuera poco, la gestión socialista de García-Page lleva a que hayan tenido que denunciar casos en los que a los niños que padecen cáncer «se les ha capado el wifi para que no puedan jugar en sus dispositivos», una situación de la que «tiene conocimiento la administración y los dirigentes, pero no se ponen en el lugar de los paciente sino que están al lado de la concesionaria como si su sueldo fuese pagado por la misma».

Represalias tras la denuncia: fuera neveras de las habitaciones

Lejos de pedir disculpas y rectificar, la reacción del presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, fue terrible. Castigó a los propios niños con una falta de sensibilidad, respeto, empatía y humanidad absoluta.

Page sacó su auténtica cara. La denuncia pública de los padres tuvo como consecuencia el castigo de hacerles aún más difícil su día a día en el hospital. Aumentar su sufrimiento y hacerles ver que criticar al socialismo, en Castilla-La Mancha, no sale precisamente gratis.

Tal y como denunciaron los padres, Page “como represalia por su campaña por las televisiones de pago”, les quitó a los niños con cáncer las neveras que tenían en sus habitaciones, llevándoselas fuera de la unidad de Oncología Infantil.

Demostrando una persecución en toda regla, Page no sólo no soluciona el problema que trasladan los padres, ni tan siquiera contesta a esa lógica petición, sino que decidió dificultar su día a día en la estancia hospitalaria.

Las neveras que tenían en las habitaciones, normales en otros hospitales españoles como por ejemplo en el de La Paz en Madrid, sirven para guardar allí agua, zumo fresco o alimentos que les gusten. El objetivo es que los padres no tengan que dejar solos a los niños en las habitaciones, saliendo para conseguirlos. Se da el agravante de que las neveras fueron una donación de la Fundación Pediátrica, apéndice de la Fundación Kronos para vincular donaciones a Oncología Pediátrica y de cara a la investigación.

Tras el castigo de Page a los niños con cáncer, los padres deben salir de la habitación, romper el aislamiento y, tal y como denuncian, “ir a un office fuera de la Unidad de Oncología Infantil donde el riesgo de romper el aislamiento es aún mayor, dejando además a los niños solos sin el cuidado de nadie”. Una represalia en toda regla.

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