El vacile fue morrocotudo.
Alejandro Fernández, candidato del Partido Popular a las elecciones catalanas del 12 de mayo de 2024, sacudió una buena tunda al socialista Salvador Illa en el transcurso del debate mantenido en la noche del 2 de mayo de 2024 en RTVE.
El líder de los populares se jactó de que él en su formación podía tener un discurso libre y sin ataduras, algo que, por el contrario, no parecía ser la norma habitual en el PSOE de Pedro Sánchez.
Tanto es así, que Fernández no dudó en comparar a Illa con un afamado actor español, José Luis López Vázquez, y su famosa escena en la que peloteaba hasta la saciedad a una clienta, por su entreguismo ciego a Pedro Sánchez.
Salvador Illa comenzó con cierto tono burlesco a la hora de referirse al candidato del PP y las supuestas dudas que tenía Alberto Núñez Feijóo en nombrarle cabeza de lista. Sin embargo, Alejandro Fernández, que de reflejos va más que sobrado, replicó:
La falta de elegancia de Illa que denota, que a lo mejor no es tan educado como quiere aparentar, que se ha referido a mi relación con Feijóo. Y efectivamente, yo soy un catalán un tanto rebelde. Cuando mis principios y valores están encima de la mesa doy mi opinión y la doy libremente.
Y siguió con el meneo al líder del PSOE y exministro de Sanidad:
A diferencia de usted, que cuando aparece Pedro Sánchez, genuflexión pura, y hace como el gran José Luis López Vázquez, aquí un siervo, aquí un esclavo. ¿Se acuerda de aquella película? Y le añado una cosa más. Ya que habla de mi relación con Feijóo, el candidato, y es un nombramiento de él, lo soy yo. Estoy muy orgulloso de formar parte de un partido político en el que se puede discrepar en público y que haya un debate, y en el que soy candidato.
Resaltó que el PSOE va camino, si no lo es ya, de convertirse en una secta:
Ustedes, el Partido Socialista, han expulsado a un héroe de la libertad llamado Redondo Terreros por discrepar de la amnistía. Algo, por cierto, que la mitad de su electorado hace. Ustedes han comportado de un modo sectario, y estoy muy orgulloso, en consecuencia, de pertenecer a un partido político que no es una secta.