SIGNIFICATIVO PROGRESO EN EL PAÍS

Un jugosísimo detalle de la boda de don Juan Carlos y doña Sofía sale a la luz seis décadas después

La madre de la Reina Emérita se preocupó siempre por los griegos "más necesitados", las mujeres y las víctimas de las contiendas

Un jugosísimo detalle de la boda de don Juan Carlos y doña Sofía sale a la luz seis décadas después

Corría el año 1962 cuando los Reyes Eméritos de España contrajeron matrimonio en Grecia, de donde es nativa doña Sofía y su familia que, por aquel entonces, todavía no intuía el revés que le depararía la vida.

Los interrogantes y secretos de la Familia Real son tan heterogéneos desde esa época que, de algún modo, ya no son sorpresivas las nuevas revelaciones que emergen. O sí. Y es que, más de 60 años después con la «monarquía griega vilipendiada», se han ‘rescatado’ los diarios personales de la Reina Federica en los que acostumbraba a escribir sus preocupaciones, inquietudes, sacrificios y empeños; unos documentos de base histórica y carácter militar que habían sido archivados (y casi olvidados) por la legislatura extremista de Alexis Tsipras y que el actual gobierno conservador con espíritu de consenso ha ‘reconocido’. De entre todos los episodios que se detallan al milímetro, destaca el enlace de su adorada hija con don Juan Carlos.

El diario ABC ha podido acceder a un fragmento del escrito, del que la periodista Begoña Castiella precisa que «se describe el día de la boda, el lunes 14 de mayo, con las dos ceremonias; la católica y la ortodoxa, y los distintos almuerzos y bailes posteriores»:

«Llegaron a la Catedral de San Dionisio en la carroza ceremonia el el Rey Pablo acompañado de la Princesa Sofía, vestida con un traje de encaje de Bruselas. Una tiara sostenía su velo de encaje antiguo y llevaba un collar de diamantes», reza el texto, que continúa sorprendiendo con un dato desconocido hasta el momento.

Los reyes eméritos ‘huyeron’ de su propia boda

El idilio que vivieron don Juan Carlos y doña Sofía les llevó a ‘huir’ de su propia ceremonia sin «dejar huella de su salida ni de su destino» (que terminaría por ser La Zarzuela), tal y como señalan desde el citado medio:

«Tras la doble ceremonia, hubo sesión de fotos y almuerzo en los jardines del Palacio Real y, a las cinco de la tarde, Sus Altezas, recién casados, abandonaron el palacio en un coche sin distintivos para no ser reconocidos«.

Se trata de un inmenso progreso en el país, puesto que, hasta hace muy poco, había prevalecido la idea que ubicaba a la monarquía en el origen de la crisis política y constitucional (en definitiva, de «todos los males»), cuando, según señala el historiador Costas Stamatópulos, «fueron los partidos políticos los que llevaron al país a esta situación». Bajo su punto de vista, los ciudadanos fueron «envenenados» por ‘un poder’ que ha escondido a las nuevas generaciones los asuntos históricos que menos le convenía desarropar.

Pese a que la recuperación de la corona en Grecia es una utopía (el referéndum del 8 de diciembre de 1974 registró un 69,18% de población a favor de una república) , el «reconocimiento histórico» de este ciclo es significativo para toda una ciudadanía que ha podido comprobar que la madre de doña Sofía se preocupó siempre por los griegos «más necesitados», las mujeres y las víctimas de las contiendas y cataclismos, además de acceder, por fin, a su ‘versión’ más sensible y empática.

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Autor

Carla Calvo

Periodista y Comunicadora Audiovisual por la URJC. Redactora de lifestyle, corazón y eventos en Periodista Digital.

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