Dieciséis años han transcurrido ya desde que el que fuera entonces el heredero al trono de España y la periodista de informativos más mediática se dieran el ‘sí quiero’. Felipe y Letizia celebraron el enlace de sus sueños un lluvioso e inolvidable 22 de mayo que hoy recordamos como si el paso del tiempo fuera una simple utopía.
El evento se celebró por todo lo alto, con el esfuerzo y dedicación absoluta de decenas de empresas e instituciones que se enfocaron en alcanzar la perfección, lo cual supuso un sacrificio mayúsculo para las Arcas del Estado. Si bien por aquel entonces la normativa de transparencia de la Casa Real todavía no estaba instaurada (la puso en marcha el mismo Felipe tras tomar el testigo de su padre), hoy conocemos algunos detalles económicos de aquel día en el que se desembolsaron tantos millones de euros que las cifras aun bailan (y no precisamente la danza nupcial).
La idea inicial era sufragar un coste de alrededor de 20 millones de euros, pero la cifra total fue «mucho más elevada», según se comprobó tiempo después. Aunque fue asumido por la gran mayoría como una inversión a favor y en beneficio de la imagen de Madrid (que prometía ser la próxima sede olímpica), todavía es estremecedor (más en la coyuntura que vivimos a causa de la emergencia sanitaria del COVID-19) recordar los nueve millones de euros que se destinaron a la ornamentación de las calles de la capital, los siete dedicados a la seguridad y los 250.000 euros invertidos en comida, 87.000 euros en el alquiler de la vajilla, así como los 36.000 en las más de mil invitaciones.
Una de las cantidades más controvertidas de la fecha fue la que supuso la retransmisión televisiva. Aunque Carmen Cafarell (exdirectora de RTVE) manifestara de forma oficial que conllevó 4,5 millones de euros, José Bono explicó en su libro ‘Diario de un ministro’ que había sido casi el triple; un verdadero misterio que jamás llegó a resolverse pese al desasosiego de muchos.
Por su parte, la Casa Real asumió los gastos de alojamiento de los familiares más cercanos, así como su vestuario, peluquería y maquillaje. El icónico vestido en seda y bordado en hilo de plata fina de Letizia Ortiz fue un regalo de Manuel Pertegaz, quien solo le cobró 6.000 euros simbólicos.
