Ser Victoria Federica no siempre es tarea fácil, por sorprendente que parezca. Tanto sus meteduras de pata como las de su hermano Froilán son examinadas con lupa, más todavía tras los meses de confinamiento en los que ambos aprovechaban para alejarse de su domicilio habitual; yo a Marbella y tú a Jaén sería buen título para el filme de sus respectivas cuarentenas.
Ahora que la vuelta a la ‘nueva normalidad’ es un hecho, los hijos de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar están de regreso a la capital, donde han exprimido la fase 2 de la desescalada hasta límites insospechados. Terrazas, paseos, compras, fiestas… La mayor de las nietas de don Juan Carlos y doña Sofía no ha parado desde que retomara su rutina hace ya tres semanas; sin embargo, en ocasiones, parece olvidar las restricciones establecidas tras la pandemia del coronavirus, como la obligatoriedad de uso de mascarilla.
Las fases y el confinamiento son de pobres…
La policía desaloja una fiesta donde se compartían «cachimbas» y en la que participaba Victoria Federica, que acababa de regresar de otra fiesta en Jaén.
— Paco Lobo (@Cazatalentos) June 17, 2020
Tras la polémica sembrada por su visita a una peluquería jienense en la que se retrató junto a la dueña del local sin mascarilla, sin guantes, y sin respetar el distanciamiento social exigido, la joven ha vuelto a ubicarse en el foco mediático (es trending topic en Twitter España) por acudir a la fiesta de reapertura del centro comercial ABC Serrano. Junto a su novio Jorge Bárcenas y un grupo de amigos, la ex de Gonzalo Caballero cantó a viva voz y danzó libremente, completamente ajena a la normativa de prevención del Ministerio de Sanidad que también esquivó compartiendo una cachimba de fumar.