La desventurada princesa había estado dos veranos en Mallorca

El ‘cariñoso’ regalo del Rey Juan Carlos a Lady Di: 45.000 euros

O eso dice, al menos, la escritora americana Kitty Kelley en su libro ‘Los Windsor’

El 'cariñoso' regalo del Rey Juan Carlos a Lady Di: 45.000 euros
Lady Di y el Rey Juan Carlos I. PD

Vaya usted a saber, porque estos días corren todo tipo de historias sobre el veterano Rey Juan Carlos y muchas, seguro, que no tienen fundamento.

Estos días está triunfando en Netflix el estreno de la cuarta temporada de ‘The Crown’, que relata partes de la historia de la familia real británica. Una serie en la que, sin embargo, no aparece el episodio relatado por Kitty Kelley en su obra ‘Los Windsor’, un libro que llega muy al fondo de la vida de la princesa Lady Di y cuya venta está prohibida en Inglaterra desde 1997.  Un capítulo en el que el rey emérito Juan Carlos I habría mandado a la fallecida princesa 45.000 dólares.

La amistad entre Juan Carlos I y Lady Di se remonta a cuando la princesa de Gales acudía a Mallorca. En concreto estuvo allí dos veranos junto a su marido Carlos y sus dos hijos.

Unas estancias en las que Carlos se perdía por algunas calas de la isla mientras Lady Di se quedaba en Marivent, compartiendo confidencias con el esposo de la reina Sofía.

Y aunque Juan Carlos le habría tirado la caña, no ocurrió nada más.

“Es un mujeriego y sé que yo le gusto. Ha coqueteado, incluso delante de la reina”, habría confesado la princesa de Gales.

Después se volvieron a ver en el primer viaje oficial de los reyes españoles a Inglaterra, estuvieron juntos en Windsor y, de nuevo, las cámaras los captaron conversando en alegre camaradería. Lady Di volvió a manifestar: “El rey estuvo muy insinuante”. No consta su respuesta ante las proposiciones de Juan Carlos, si es que las hubo y no fueron una fantasía de su imaginación desbordante.

Sea como sea, aquella amistad perduró años, y tiempo después Juan Carlos haría honor a ella echando una mano a la británica en un asunto de chantaje.

Según cuenta Kitty Kelley, Lady Di acudía a ejercitarse al gimnasio L.A. Fitness situado en el barrio de Chelsea, en Londres.

Allí, el propietario del local, Bryce Taylor, instaló una cámara oculta en el techo, sobre uno de los aparatos que más usaba la esposa del príncipe Carlos.

Y con ella se grabaron imágenes y se realizaron algunas fotos en las que aparecía Lady Di con mallas apretadas y en posiciones que llamaban mucho la atención.

La princesa de Gales revelaba por aquel entonces o a su terapeuta que, si bien la vida sexual con su marido nunca había sido muy rica, ya que desde que se habían casado hacían el amor cada tres semanas aproximadamente y siempre por iniciativa de ella, esa chispita se había ido apagando y hacía siete años que no tenían relaciones, “aunque sé que Camila es una bomba en la cama, pero mi marido besa muy mal”.

Fue entonces también cuando conoció a James Hewitt, con el que estuvo cinco años y del que dijo a la misma terapeuta:

“El sexo con él es como fuegos artificiales”.

No fue su única relación extramatrimonial, también en esos años se dice que mantuvo un apasionado encuentro de una sola noche con John John Kennedy, además de con guardaespaldas, chóferes y deportistas.

 

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