Le tienen más miedo que a un nublado.
Pedro Sánchez teme que su estrategia de conceder los indultos a los golpistas catalanes encarcelados pueda saltar por los aires si desde el Palacio de La Zarzuela deciden repetir la jugada del 3 de octubre de 2017.
Por aquel entonces, dos días después del 1-O, el monarca Felipe VI ofreció un mensaje institucional de defensa sin fisuras de la unidad de España frente a quienes habían tratado de perpetrar un golpe de Estado.
Por eso, ahora que desde Moncloa están maquinando el modo de sacar de la cárcel a los presos independentistas, la idea es ‘amordazar’ al Rey de España para que no diga ni media sobre este asunto.
Tal y como este 30 de mayo de 2021 cuenta Carmen Morodo en La Razón, fuentes gubernamentales consideran que el monarca se tiene que ceñir a un papel meramente institucional y firmar lo que le venga dado:
El Rey no tiene nada que decir ni lo hará. El Rey es plenamente consciente de su papel constitucional y a él se atendrá en todo momento. Firmar los decretos son actos debidos y el Rey siempre cumplirá con su obligación de atenerse a la Constitución porque esto es lo que, precisamente, la fortalece.
Y es más, aseguran desde el entorno de Pedro Sánchez, a modo de amenaza más que velada, que bien hará Felipe VI en rubricar esos indultos.
Dicho en plata, lo que Moncloa viene a decirle al monarca es que aún está en el aire futuro judicial del rey emérito, Juan Carlos I:
El Rey tiene que estar al margen porque algún día, a lo mejor, lo necesitan ellos.
Moncloa recurre además a esgrimir el argumento de que si Felipe VI ha adoptado un perfil bajo en relación a todas las informaciones que se han ido publicando sobre su padre, igualmente debería de seguir esa línea silente en relación a los indultos a los separatistas:
Igual que Felipe VI ha adoptado un perfil bajo en los escándalos que afectan a Don Juan Carlos, en esta cuestión (la de los indultos a los golpistas del 1-O), y por razón de Estado, se mantendrá a distancia de los focos.