Lo que más llama la atención es que el Rey de España no tenga nada en inmobiliario: ni fincas ni casas, ni nada.
El jefe del Estado posee 2.573.392 euros, divididos en 2.267.942,80 euros en depósitos en cuentas corrientes o de ahorro, y 305.450 en objetos de arte, antigüedades y joyas de carácter personal.
En medio de los últimos problemas económicos y judiciales que hana rodeado al rey Juan Carlos en los últimos meses, la Casa Real hace público su patrimonio a través de un comunicado oficial en el que se detallan las retribuciones del rey Felipe VI hasta la actualidad.
Don Felipe ha decidido de manera personal dar este paso dos meses antes de que se cumpla el octavo aniversario de su proclamación.
Con esta nueva decisión, la Corona sigue con su camino a la modernización para hacerla merecedora del respeto y la confianza de los ciudadanos bajo los principios de ejemplaridad, transparencia, rectitud e integridad en sus comportamientos.
Con ello, el rey Felipe VI añade a sus responsabilidades constitucionales su decisión personal de hacer público su patrimonio, que asciende a la cantidad de 2.573.392,80 euros.
El patrimonio de su Majestad está principalmente constituido por las retribuciones que ha percibido de los presupuestos de la Casa de S.M. el Rey a lo largo de estos últimos 25 años; primero como Príncipe de Asturias a partir del
año 1998 y posteriormente como Rey a partir de 2014.
Dichas retribuciones ascienden a la cantidad bruta de 4.275.796,94 euros.
En el comunicado, la Casa Real detalla además la composición de dicho patrimonio: 2.267.942,80 euros en depósitos en cuenta corriente o de ahorro y valores representativos de la participación en fondos propios de cualquier entidad. 305.450,00 euros en objetos de arte, antigüedades y joyas de carácter personal que han sido objeto de la correspondiente tasación.
OCHO AÑOS EJEMPLARES
A lo largo de estos ocho años, Don Felipe ha tomado numerosas decisiones en el ámbito familiar y del funcionamiento de la Casa en este camino hacia la regeneración de la vida pública.
A nivel familiar, retiró el título de duquesa de Palma a su hermana, la Infanta Cristina. También renunció en abril de 2019 su figura de beneficiario de la Fundación Lucum o de cualquier otro activo.
En esta línea personal, en marzo de 2020 renunció a la herencia de su padre, le retiró la asignación y aceptó la decisión del Rey Emérito de salir del país.
Por último, recientemente ha mostrado su respeto a la última carta de Don Juan Carlos.
Don Felipe también decidió hacer incompatibles las actividades públicas y privadas de los miembros de la Familia Real, establecer que la representación de la Corona solo se podía hacer por mandato del Gobierno o de la institución, marcar el régimen de retribuciones y regular los regalos.
A nivel del funcionamiento de la Casa, el Rey decidió someterse a los principios de Buen Gobierno y objeto del Control público; establecer un régimen de incompatibilidades y un código de conductas.
Don Felipe solicitó así mismo el asesoramiento jurídico de la abogacía del Estado, contratar un interventor externo y someter sus cuentas a una auditoría, así como la obligación de publicar las cuentas y la memoria de actividades. Además, Don Felipe se redujo su retribución un 20%.
