La Infanta Elena no está atravesando por un buen momento, según afirman sus allegados. A eso atribuyen su rifirrafe con una periodista hace unos días durante un concurso hípico en Sevilla en el que participó con su íntimo Luis Astolfi. Tras negarse a contestar a sus preguntas, pronunció una frase sorprendente: «Estoy acabada», y al dirigirse a ella como Elena, corrigió enfadada: «Doña Elena«, de esta manera tan gráfica lo cuenta LOC.
Según ha podido saber Periodista Digital esa frase, “estoy acabada”, captada perfectamente por un micrófono ha disparado todas las alarmas en la Casa Real. El Rey Felipe ha expresado, según fuentes de La Zarzuela consultadas por PD, su preocupación por la salud de su hermana mayor.
“Sin duda ese día perdió los nervios, y motivos no le faltan. A la marcha de Don Juan Carlos a Abu Dhabi, que es su principal bastión y cuyo regreso no parece cercano en el horizonte, se une la difícil separación de la Infanta Cristina, puesta en la picota por un Urdangarin con el que la duquesa de Lugo tenía una relación casi fraternal”, sigue su relato LOC.
Y por si fuera poco, siente gran preocupación por su hija, Victoria Federica, que con 217.000 seguidores en su Instagram y metida de lleno en el mundo de las influencers y el frivoleo, ha firmado como imagen de la firma de moda Hoss Intropia. Algo que a su juicio no casa con la discreción requerida a un miembro de la familia del Rey, quinta además en la línea de sucesión, y le supone un motivo más de fricción con Don Felipe y su cuñada la Reina Letizia, con la que la relación nunca fue fluida.
Según una fuente de su entorno, explica la citada publicación, «Doña Elena tiene miedo de que Victoria Federica caiga en las redes de una multinacional de la moda, que la maneje a su antojo y se le escape definitivamente de las manos. Tras la abdicación de Don Juan Carlos y desde que Don Felipe la eliminó de la familia real, ella ha sido un ejemplo de discreción y le desagrada que su hija sea comidilla de la prensa rosa».
Algo de lo que, según dicha fuente, culpa en buena parte a su ex marido, Jaime de Marichalar, hoy una autoridad en el mundo de la moda como consejero del potente grupo de lujo MLVH y la firma Loewe. Durante su matrimonio, aupó a Doña Elena a las listas de elegantes y hoy es el pigmalión y parece que artífice del salto a la moda de su hija, que le suele acompañar a los front row de las pasarelas más top.
Acudieron juntos al desfile de Loewe en la fashion week de París a principios de octubre y Victoria Federica lucía para la ocasión un original mono negro de dicha firma. Padre e hija se han vuelto inseparables, como comprobó esta redactora en mayo pasado en una cena ofrecida por un conocido empresario.
