No se retirará del país de inmediato, como le piden las bases demócratas, ni tampoco mantendrá un profundo compromiso bélico a largo plazo, como prefieren los republicanos
En un alarde de incoherencia para demostrar que al Gobierno no le importa tanto nuestra seguridad como la oportunidad política de sus decisiones, Zapatero manda otros 200 militares españoles a Afganistán a petición de Obama.
El presidente del Gobierno abrió ayer la puerta a un nuevo incremento de las tropas españolas en el país asiático al sugerir que dará una respuesta positiva a la Administración Obama, que ha reclamado a los aliados 10.000 nuevos soldados para completar el refuerzo de 30.000 estadounidenses con los que pretende revertir el curso de la guerra contra los talibanes.
El aumento que prepara el Gobierno viene a sumarse al que, por un total de 220 efectivos, aprobó la Comisión de Defensa del Congreso el pasado 23 de septiembre.
Enfrentado al mayor dilema desde su investidura como presidente, Barack Obama ha optado por intentar una cuadratura del círculo que pueda dejar a todos parcialmente contentos. O parcialmente molestos. No se retirará del país de inmediato, como le piden las bases demócratas, ni tampoco mantendrá un profundo compromiso bélico a largo plazo, como prefieren los republicanos. Decretará una escalada militar sustancial, de 30.000 soldados, pero sólo hasta julio del 2011.
Como recuerda el editorial de ABC titulado «Más soldados para Afganistán»:
- La experiencia de la mayor operación militar de la historia de la OTAN fuera de su territorio no está siendo muy brillante, precisamente porque desde el principio los países no han sabido comportarse como aliados y han convertido la convivencia de casi cuarenta ejércitos distintos en un laberinto de regulaciones separadas y reticencias para evitar las consecuencias de la confrontación.
EL VIETNAM DE OBAMA
«Las 30.000 tropas adicionales que estoy anunciando esta noche se desplegarán en la primera parte del 2010 -lo más pronto posible», explicó el presidente Obama ante centenares de cadetes en el auditorio de la prestigiosa academia militar de West Point, en el estado de Nueva York.
Su misión no muy será diferente de la que aplican los cerca de 70.000 soldados estadounidenses en Afganistán: «combatir la insurgencia», «derrotar Al Qaeda», y «formar unas Fuerzas de Seguridad Afganas competentes». Tan sólo añadirán como nueva tarea un mayor énfasis a la protección de los «centros clave de población».
Además del incremento de tropas estadounidenses, para cumplir estos objetivos, Obama espera contar con renovadas contribuciones de efectivos por parte de los aliados de la OTAN, entre ellos España. «Algunos ya han proporcionado tropas adicionales, y confiamos que habrá más contribuciones en los próximos días y semanas», señaló el inquilino de la Casa Blanca.
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