En ese momento vienen a la mente las inequívocas imágenes de los gobernantes autonómicos madrileños y valencianos recibiendo regalos a tenor de su cargo, ¿cohecho impropio lo llaman?
Sin levantar el vuelo. Apenas una horas antes de que entrara oficialmente el invierno, el aeropuerto de Barajas volvía a vivir un caos a causa de la nieve caída sobre Madrid, que se tradujo en pistas cerradas, suspensión de numerosos vuelos, interminables retrasos y miles de pasajeros en tierra.
Mientras que el primer aeropuerto del país estaba al borde del colapso, en el Ministerio de Fomento se congratulaban con un regalo navideño muy sabroso: jamones ibéricos para la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Los pasajeros pasando un calvario en Barajas y los peces gordos de Fomento poniéndose ciegos de jamón.
LO QUE DICE LA LEY
Según cuenta el blog «Las mentiras de Barajas», la Ley es clara. El artículo 426 de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, recoge que:
«Los empleados públicos rechazarán cualquier regalo, favor o servicio en condiciones ventajosas que vaya más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía y que la autoridad o empleado público que adquiera o reciba la dádiva que le fuera ofrecida incurrirá en la pena de multa de tres a seis meses»
Como denuncian en el blog «Las mentiras de Barajas» en un post titulado Feliz Navidad en AESA:
«Día 18 de diciembre, preludio de las fiestas navideñas, 11:30 de la mañana, la hora de la indecencia en el control de entrada del Ministerio de Fomento, donde el flujo de regalos navideños es constante. En ese momento vienen a la mente las inequívocas imágenes de los gobernantes autonómicos madrileños y valencianos recibiendo regalos a tenor de su cargo, ¿cohecho impropio lo llaman?»
CONDUCTA REPROCHABLE
Y continúa:
«El destino no era la planta noble del Ministerio. El incesante fluir se acompañaba del martilleante y nada poético estribillo «octava planta», ¿qué hay en la octava planta del Ministerio de Fomento? La Dirección General de Aviación Civil, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea»
«¿Reconocen ustedes estas oficinas? Es la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, el despacho de Pablo «El Jamones» Hernández-Coronado Quintero, Director de Evaluación de la Seguridad y Auditoría Técnica Interna, de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, cuya Directora, Isabel Maestre Moreno, depende del Director General de Aviación Civil, Manuel Amejeiras Vales, del Ministerio de Fomento»
El testigo señala que nunca vió salir al repartidor de jamones con los delicatessen. A los funcionarios públicos receptores de tales manjares, tampoco. Y es aquí nadie levanta el vuelo. Ni los aviones, ni nuestros representantes.