Cerca del 80% cree que el presidente toma decisiones sobre la marcha
«El panorama electoral del PSOE tiende al negro.»
Así empieza el reportaje sobre el barómetro del clima social con que el que este domingo abre su edición El País y en el que, según la encuesta de Metroscopia encargada por el diario, «la estimación de voto respecto a los socialistas se desploma –37,5%, seis puntos menos que su resultado en las generales de 2008–, arrastrada por la caída de la confianza de los ciudadanos en el Gobierno y en su presidente y por el rechazo a las medidas que ha planteado. La ventaja del PP roza los seis puntos y ensancha en dos y medio la que tenía en enero.»
Es el primer sondeo realizado después de conocerse la intención del Ejecutivo de reformar las pensiones de jubilación.
En el artículo de El País, titulado El PSOE acelera su caída, Fernando Garea valora los resultados del sondeo señalando que:
Las alarmas encendidas en el PSOE y el Gobierno están justificadas porque la ventaja del PP sextuplica el exiguo punto de diferencia que logró en 1996, cuando José María Aznar consiguió ser investido presidente por primera vez. Y el resultado estimado para el PSOE es casi idéntico al de Felipe González en su última comparecencia electoral.
Sin haber llegado a la mitad de la legislatura, el partido de Mariano Rajoy ha pasado del 39,9% de las últimas generales a una estimación de voto del 43,4%, muy cerca del último resultado de los socialistas en las urnas, pero con la ventaja de tener a su oponente mucho más abajo.
En menos de dos años, el PSOE ha pasado de tener una ventaja de 3,6 puntos a una desventaja de 5,9, es decir, un vuelco de nueve puntos y medio.
Sobre el ambiente en las filas del PSOE, señala:
Debe calmar la inquietud de los barones regionales socialistas que tienen que competir en esas elecciones y cuyos nervios parecen justificados por el pesimismo que muestra la encuesta y por la progresiva pérdida de confianza ciudadana en el PSOE. Ahora, un 64% de encuestados desaprueba la gestión del Ejecutivo, con un aumento de esa opinión negativa de 12 puntos en sólo un mes. Incluso, un 39% de votantes del PSOE es crítico con el Ejecutivo.
Zapatero se ha dejado ya jirones de credibilidad, y un 76% dice confiar poco o nada en él, ocho puntos más que el mes pasado. Incluso un 54% de votantes socialistas desconfía del presidente.
Ha aumentado también la imagen de improvisación, porque el 76% de los encuestados considera que Zapatero toma decisiones sobre la marcha.
EDITORIAL MUY CRÍTICO DE ‘EL PAÍS’
Se titula Cuestión de liderazgo y empieza señalando lo por todos conocido: «El liderazgo del presidente del Gobierno se encuentra en su punto más bajo desde que llegó al poder hace seis años. La crisis económica que Zapatero se negó a reconocer durante meses, y que ahora trata de gestionar con anuncios que se atropellan unos a otros, amenaza con convertir lo que resta de legislatura en un calvario para el Partido Socialista, que parece estar interiorizando un resignado horizonte de derrota.»
A continuación, El País aprovecha para criticar las medias tintas del PP:
Entretanto, el Partido Popular duda entre mantenerse a la espera o forzar los acontecimientos reclamando un adelanto electoral. Lo que ha descartado es hacer aquello que lo convertiría en una alternativa de Gobierno y no en un apático recambio por incomparecencia del adversario: definir el proyecto político que representa, más allá del oportunismo de agitar espantajos demagógicos y populistas cada vez que Zapatero y sus ministros se libran a una nueva comedia de enredo con motivo de los subsidios, los impuestos o las pensiones.
Y, tras desarrollar algunos argumentos, concluye con un consejo-predicción para Zapatero:
Puede que el final de la presidencia europea sea una de las últimas oportunidades de las que dispondrá Zapatero para corregir el rumbo político. A partir de ese momento no bastará con azuzar al peor PP con una mano mientras que, con la otra, se convoca a los ciudadanos al voto del miedo. (…) Hoy ese PP es el que adelanta a los socialistas en las encuestas, sin haber hecho otra cosa que dejar que el Gobierno aparezca bajo los focos realizando contorsiones.