Zapatero trata de romper la dinámica adversa con la comisión negociadora del pacto contra la crisis
José Luis Rodríguez Zapatero acaba de cruzar el ecuador de la legislatura, que arrancó con la victoria electoral socialista del 9 de marzo de 2008 con 3,5 puntos de ventaja sobre el PP.
Pero desde entonces, la situación se ha deteriorado tanto para la economía como para Zapatero: los datos del paro se han disparado, el déficit supera el 11% del PIB y la deuda se incrementa a pasos agigantados.
Dos años después de esa victoria, las encuestas sitúan al PSOE hasta 6 puntos por detrás del PP, la credibilidad de Zapatero se ha desplomado, se sucede la descoordinación en el Ejecutivo y, por si fuera poco, los tímidos brotes verdes no son suficiente paño de lágrimas para un Ejecutivo en sus horas más bajas.
NI ZAPATERO NI RAJOY
Los sondeos que maneja el PSOE lo sitúan a 5,5 puntos del PP. Un miembro de la Ejecutiva califica la situación de “difícil”, aunque añade que “es posible remontarla porque faltan dos años para votar”. Desde el Gobierno, uno de los ministros más próximos al presidente añade que “la imagen de Zapatero está mal, pero la de Rajoy es peor. Sigue por debajo… ¡con la que está cayendo! La única opción de que el PSOE gane en 2012 pasa por movilizar a los que nos votaron en 2008”.
Para remontar, en el PSOE saben que no sólo dependen de que los brotes verdes florezcan y la recuperación económica se note, sino que, además, ellos mismos y la imagen del Gobierno tienen que renovarse.
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, fue el primero y el único en plantear sus críticas en público. Y se ganó los reproches de algunos de sus compañeros que, después, le enviaban mensajes al móvil dándole la razón. Otro de los barones socialistas que tiene las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, asegura a l que “necesitamos un gobierno más coordinado, que no cometa errores como los que se han sucedido al abrir el debate de la reforma de las pensiones. Necesitamos un gobierno de peso, que transmita solvencia”. Buena parte del PSOE espera un cambio de gobierno en breve.
DE LA VEGA, TOCADA
En los últimos meses, el Ejecutivo ha sido escenario de frecuentes episodios de descoordinación, cuando no de enfrentamientos entre sus miembros. Los ha habido entre De la Vega y la ministra de Defensa, Carmen Chacón, por el Alakrana o, recientemente, entre las dos vicepresidentas, a cuenta de la congelación salarial de los funcionarios. Incluso hemos visto a ambas vicepresidentas interrumpiéndose la una a la otra en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa.
Aunque Zapatero no suelta prenda sobre sus intenciones, son varios los ministros convencidos de que habrá crisis de gobierno tras la Presidencia española de la UE. Otros, en cambio, advierten que no les sorprendería que remodelase el Gabinete en plenas vacaciones de Semana Santa, como hace un año. De todos los ministros y dirigentes socialistas consultados por este periódico, sólo uno de ellos apuesta por la continuidad de Fernández de la Vega: “Creo que –asegura esta voz minoritaria, aunque muy cercana a Zapatero– mientras esté José Luis en el Gobierno nunca moverá la ficha de Teresa”. No faltan quienes creen que la propia vicepresidenta ha alimentado las incertidumbres sobre su continuidad, porque “ve enemigos por todas partes y siente que las miradas se dirigen a ella cuando se produce el mínimo fallo”. Las quinielas sitúan a José Blanco en el puesto de Fernández. Además, descartan la continuidad de Celestino Corbacho o la de Beatriz Corredor.
FRENO AL GOLPE
Mientras, Zapatero trata de romper la dinámica adversa con la comisión negociadora del pacto contra la crisis. Con el arranque de las negociaciones, dirigentes del PSOE creen haber frenado una tendencia que “nos conducía hacia la derrota”. “Al haber tomado la iniciativa e implicar a todos los partidos hemos conseguido serenar el debate económico. Todos han estado constructivos y el PP ha tenido que moderar su crítica”. Habrá que ver qué efectos tienen esos cambios en los sondeos. Hasta entonces, el enemigo es la crisis, porque en el PSOE saben que su victoria en 2012 depende de la imagen que ofrezcan de su gestión de la crisis. Hasta ahora no es favorable.
Originalmente publicado en La Gaceta.