El agujero de las arcas píblicas lo rellenarán los jubilados, funcionarios y menesteros
El recorte de mangas es el artículo de opinión que el periodista y escritor, Tomás Cuesta, escribe este martes en ABC. El columnista bautiza a Zapatero como el «Obama pálido» y le critica por tocar la lira mientras «se gastaba los cuartos en paridas mientras incrementaba el déficit de manera compulsiva, como un ludópata desesperado aferrado a la palanca de una máquina tragaperras».
Estas son algunas de sus reflexiones:
Rodríguez Zapatero -el Obama pálido- se ha hecho a sí mismo un recorte de mangas y, en lugar de envainarse la cartera de Igualdad o clausurar la sinecura del compañero Chaves, ha tirado con postas contra los jubilados.
A fin de cuentas, los jubilados son un muermo y la señora Aído un jubileo interminable.
Tal vez lo más escatológico de este desatino sea la ruptura entre Zapatero y los sindicatos.
Hasta la semana pasada, hacían y deshacían a su antojo, como si España fuera el último reducto de los soviets, tal era su predicamento en La Moncloa y en las sedes ministeriales de lo económico.
El drama es que esa factoría era, en parte, la economía española, cogida con pinzas, imperdibles y otros artilugios de natural endebles para el vendaval que, otra vez, Solbes y Pizarro ya advertían a gritos y aspavientos desde 2008.
Sin embargo, Zapatero tocaba la lira y se gastaba los cuartos en paridas mientras incrementaba el déficit de manera compulsiva, como un ludópata desesperado aferrado a la palanca de una máquina tragaperras.
Así consiguió ganar sus segundas elecciones, a base de crear un agujero en las arcas públicas que ahora van a rellenar los jubilados, los funcionarios de base, los menesterosos y los que soñaban con que el Estado Providencia iba poner remedio a sus quebrantos.