Para el PP es “confusa y poco concreta”, en opinión de CiU es “un churro” y para IU, un instrumento que lesiona los derechos laborales
El idilio entre Zapatero y los sindicatos se ha roto. El presidente del Gobierno tendrá que hacer frente a la primera huelga general de su mandato y a la séptima de la democracia. La causa, una reforma laboral impuesta que, según los sindicatos, lesiona los derechos de los trabajadores y no servirá para salir de la crisis. CC OO fue el encargado de realizar el anuncio, aunque no desveló la fecha elegida para el paro.
Habrá que esperar a esta tarde, cuando los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, marquen en el calendario el día de una huelga que los sindicatos podrían dejar para otoño.
Todo parece indicar que la convocatoria podría retrasarse a septiembre u octubre, incluso se baraja como fecha probable el 29 de septiembre, para hacerla coincidir con la jornada de movilizaciones organizada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), según confirmaron a LA GACETA fuentes sindicales que esgrimieron problemas organizativos.
- “Si no podemos en junio será después del verano”, afirmaron. El sindicato USO criticó la posibilidad de que la convocatoria se traslade a esa fecha, lo que supondría una forma de “enmascarar” la huelga y “darle cobertura a este Gobierno”, cuando “necesita un aldabonazo”. “Las cosas hay que hacerlas en caliente”
MUCHO EN JUEGO
El portavoz de CC OO, Fernando Lezcano, confirmó que la fecha y el “recorrido” se aprobarán de forma unitaria con UGT, cuyo secretario de acción sindical, Toni Ferrer, se limitó a afirmar horas antes que el país estaba “cerca de la huelga” y a reiterar que el objetivo de las centrales es que “sea masiva” y no dar pie a especulaciones.
De hecho, las centrales se juegan mucho con el paro. El fracaso de la huelga de los funcionarios ha debilitado su posición, lo mismo que el giro en la política del Gobierno, que ha pasado de negar por activa y por pasiva que iba a recortar derechos sociales o a imponer la reforma laboral sin consenso ahacer ambas cosas.
El plan de ajuste del gasto aprobado por Zapatero fue el primer golpe en las relaciones entre los sindicatos y el Gobierno, y la reforma laboral y la amenaza de reforma de las pensiones han supuesto la puntilla. Lezcano admitió que lascentrales buscan un éxito claro en la movilización para “no dar pie a intenciones interesadas” ya que son conscientes de que existen “intereses para cuestionar el papel de los sindicatos”.
En la misma línea, Ferrer adelantó que las centrales pondrán toda la carne en el asador para que la protesta sea un éxito, porque “lo que se pretende es que el sindicalismoconfederal tenga un fracaso para abrir otras vías de imposición y de reforma hacia la negociación colectiva y hacia las pensiones”.
La convocatoria supone también un reto de grandes dimensiones para el Gobierno de Zapatero. Si es un fracaso, podría suponer un balón de oxígeno para el Ejecutivo. Si es un éxito, debilitaría aún mása un gobierno en precario
equilibrio parlamentario.
LA REFORMA NO SIRVE
CC OO y UGT coinciden en que el documento remitido el viernes por el Gobierno, la base para el real decreto que aprobará este miércoles el Consejo de Ministros, no servirá para salir de la crisis, supone un abaratamiento de facto del despido y está “claramente inclinado hacia los intereses empresariales”. Pero las críticas no llegan sólo de los sindicatos. La CEOE considera que no servirá para crear empleo ni clarifica de forma suficiente las causas del despido.
Para el PP es “confusa y poco concreta”, en opinión de CiU es “un churro” y para IU, un instrumento que “lesiona los derechos laborales”. No obstante, el Gobierno busca apoyos parlamentarios para no quedarse solo y de hecho, la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, abrió ayer la puerta a que la reforma sea tramitada como proyecto de ley.
Los sindicatos han tenido que hacer frente a fuertes críticas desde el inicio de la crisis por no haber ido a la huelga a pesar de que ya hay 4,6 millones de trabajadores parados. En todo este tiempo, afirmaron que sólo harían huelga si se lesionaban los derechos de los trabajadores. En su opinión, el ataque ha llegado ahora, con el tijeretazo y la reforma laboral.
Originalmente publicado en La Gaceta.