El vicepresidente tercero del Gobierno y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, manifestó hoy que «es evidente» que «si al final tenemos una tendencia que responde mucho a la demagogia y presión social, se corre el riesgo de una descapitalizacón de los recursos humamos en la actividad política».
En este sentido, aseguró que «puede entender» las declaraciones del ministro de Economía en el primer Gobierno de Felipe González, Miguel Boyer, quien el pasado lunes advirtió de que «si se siguen bajando los salarios en la alta administración, pronto sólo llegarán los analfabetos a la dirección del Gobierno».
En un desayuno informativo del ‘Fórum Europa. Tribuna Andalucía’, Chaves afirmó tener «vocación política». «Aunque me reduzcan el sueldo un 40 ó un 50 por ciento, yo seguiré en política», indicó, al tiempo que aseguró que en ocasiones la actividad política «necesita de buenos profesionales que hay que buscarlos en el mercado porque no tienen esa vocación política», y para buscarlos en el mercado «hay que pagarles buenos sueldos».
Puso como ejemplo que en sus labores de presidente de la Junta de Andalucía quiso «traer a gente de Almería o de Granada que se tenían que trasladar a Sevilla con su familia, y claro, con los sueldos de mercado, en comparación con los que paga la Administración, no era posible».
Eso «creo yo, que en el fondo es lo que quería decir Boyer», afirmó Chaves, al tiempo que matizó que, a quien le gusta la política y es político «no lo está por el dinero o el sueldo».
CEOE
El vicepresidente tercero afirmó que «en un futuro hipotético, que un andaluz pueda ser presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) sería bueno para los empresarios en general, para los andaluces en particular, y para Andalucía», aunque dijo no querer «interferir» ni que nadie le acuse de ello.
Así, puntualizó que la CEOE «no está al servicio del Partido Popular ni del PSOE», y «siempre está al servicio de los intereses de los empresarios», por ello, «lógicamente hace bien en defender los intereses que considera necesarios de los empresarios».
Aseguró que en su experiencia como dirigente de UGT y ministro de Trabajo tuvo «la oportunidad de llegar a grandes acuerdos con la CEOE y sindicatos», aunque las circunstancias «eran distintas».
Además, hizo referencia a los ex presidentes de la CEOE José María Cuevas y Juan Jiménez Aguilar, a quienes calificó de «buenos gestores de las empresas, personas dialogantes y negociadoras» pero, según argumentó, con el fallecimiento de Cuevas «ha habido un cambio de concepto en la dirección de la CEOE» porque «no estaban vinculados a una empresa o a un conjunto de empresas concretas».
Para finalizar, el ministro de Política Territorial aseguró que «el problema que tiene ahora la CEOE con su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, lo tienen que resolver ellos».
