¿Qué político gomero, socialista para más señas, está con un tembleque de padre y muy señor mío? La popularidad entre sus ciudadanos resulta más que evidente, elección tras elección. Pero la querencia popular no le exime de cumplir con la legalidad vigente.
El socialista en cuestión desea fervientemente que la Justicia siga enredándose en su lentitud de caballo cojo y que pueda presentarse a la cita electoral de mayo de 2011 sin cargas de dinamita judicial que bien explotarían los partidos que aspiran a desbancarlo de la poltrona cabildicia.