Zapatero: no habrá pacto económico porque no dejaría espacio de oposición

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha afirmado este lunes que sería «útil» y que le hubiese gustado «un gran pacto económico y social» entre los partidos políticos y los agentes sociales para salir de la crisis, pero ha añadido que «es difícil por razones políticas» un acuerdo de ese tipo porque dejaría al PP con un «espacio de oposición muy reducido».

En una entrevista en Veo7 recogida por Europa Press, Zapatero no ha querido culpar expresamente al presidente del PP, Mariano Rajoy, de esa falta de acuerdo -«creo que todos tenemos nuestra parte de responsabilidad», ha dicho– pero le ha reprochado que no haya presentado propuestas a la hora de negociar las reformas porque en tal caso «su espacio de oposición se reduce muchísimo y Rajoy esta es la legislatura que tiene».

Así, a falta de un gran acuerdo ha señalado que PSOE y PP están «trabajando de manera útil y práctica» negociando, por ejemplo, la reforma del sistema financiero y de las cajas ahorro, para la que ha considerado «imprescindible» contar con la voluntad del PP. También, ha dicho, hay un acuerdo «tácito» sobre la reducción de déficit, puesto que todas las comunidades gobernadas por el PP han aceptado los objetivos.

A LA HORA DE LA VERDAD RAJOY SE VA «AL BURLADERO»

No obstante, le ha afeado también a Rajoy que no apoyase la reforma laboral en el Congreso y, sobre todo, que no hiciese aportaciones después de pedir insistentemente esta reforma. Para Zapatero, Rajoy tiene «fácil diálogo» pero «a la hora de la verdad se fue al burladero» en lugar de «remangarse» y dejar clara, por ejemplo, su opinión sobre la reforma de las pensiones.

Con todo, en otro momento de la entrevista ha asegurado tener «buena relación» con el líder de la oposición y hablar con él más de lo que llega a la opinión pública. El jefe del Ejecutivo respondía a una pregunta sobre su carácter y estaba asegurando que es competidor pero no es rencoroso y ha puesto como ejemplo su relación con Rajoy.

En este sentido, ha señalado que incluso hablan «amigablemente y con confianza» se cuentan «anécdotas» de su relación con Felipe González y con José María Aznar. Zapatero también se ha referido a Aznar para decir que, por cómo le ataca, a veces parece que es con él con quien ha competido en las urnas, cuando en realidad no ha sido así.

El presidente del Gobierno ha reconocido que tiene un problema de confianza con el ciudadano, problema que ha atribuido a la crisis económica y a que la sociedad no ve aún el resultado de los esfuerzos que se le han pedido. «Es normal que haya críticas y que se centren en el presidente del Gobierno, es normal», ha dicho.

Sin embargo, se ha mostrado convencido de que en 2012 el PSOE «tiene posibilidades» de ganar las elecciones, porque la economía mejorará -ha augurado que «en un tiempo razonable» se apreciarán los resultados de las medidas que ha tomado su Gobierno, con lo que cambiará el «sentimiento colectivo»_y porque los ciudadanos votan más pensando en el futuro que en el pasado. De hecho, ha defendido que está claro que el PP podría hacer las reformas económicas igual que las ha hecho el PSOE, pero que nunca hará las mismas políticas de protección social.

Zapatero ha augurado «datos alentadores» para finales de este año y que 2012 «tendrá otra cara porque empezará a crearse empleo», pero ha dejado claro que hasta que el paro vuelva a bajar hasta el 8% harán falta «más de dos años, seguramente más de tres».

NO DESVELA SU FUTURO

Sin embargo, no ha dado pistas de si será él el candidato del PSOE en 2012 -a la pregunta de si se presentará si es lo mejor para su partido–, sino que se ha limitado a recordar que tomará la decisión «en función de convicciones, no de circunstancias» y que lo anunciará «cuando sea oportuno». Además, ha insistido en que está dispuesto a ejercer su responsabilidad «hasta el final» -ha reiterado su «me cueste lo que me cueste».

Eso sí, ha recordado que siempre ha dicho que la responsabilidad política, sobre todo a tan alto nivel, se debe «a los ciudadanos y al parlamento» y que el poder «debe servir para hacer cosas, no para nada más».

Zapatero ha considerado «normal» la fuerte visibilidad que tuvo el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, en las primeras semanas tras el cambio de Gobierno y ha asegurado que siempre ha pretendido que los vicepresidentes tengan un «papel destacado», y que así lo tuvieron María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes, y ahora lo tienen tanto Rubalcaba como Elena Salgado.

El jefe del Ejecutivo ha reconocido que ha tenido que «aparcar» las mejoras de política social que habría querido hacer pero ha defendido que su Gobierno ha sido el que más las ha reforzado -en becas, ayuda a la dependencia o incremento de las pensiones mínimas y, a preguntas del entrevistador, ha dicho que hay que «soñar con los pies en la tierra».

LA PALABRA ‘CRISIS’

Se ha retrotraído también al inicio de la crisis económica, en 2008, para decir que nada más ganar las elecciones fue cuando comenzaron a crecer los «síntomas» de crisis, pero que no fue hasta septiembre -con la caída de Lehman Brothers_cuando se produjo la caída «en picado».

En esos meses en los que no pronunció la palabra «crisis», ha recordado, España crecía más de un 2% y creaba empleo por encima del 1,5% y, además, ha dicho que en situaciones de este tipo existe el «dilema» de si es mejor «transmitir una cierta confianza a la gente» o comunicar una «posición más negativa y que la gente se haga cargo y se dé cuenta».

Según ha dicho, uno de los momentos «de más angustia» de la legislatura fue el conocer la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2009, con casi 700.000 parados más, cuando tuvo la «frustración» de no tener instrumentos para poner un remedio útil y rápido.

Con todo, ha incidido en que, aunque todos los políticos cometen errores, la diferencia es que algunos los reconocen y otros no y, además, en que si algo le define es que tiene «firmes determinaciones» y si llega al «convencimiento» de que debe hacer algo, lo hace. En este sentido, ha recordado su pacto antiterroristas con José María Aznar, su rechazo a la guerra de Irak y la retirada de las tropas, el proceso de paz con ETA de 2006 -«estaba convencido de que nos podía llevar al final de la violencia y me la jugué, lo hice y no salió bien», ha apuntado_y, ahora, el recorte de gastos del mes de mayo. «Soy así en los aciertos y en los errores», ha remachado.

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