El Islam son los hombres y mujeres musulmanes que, a pesar de nuestro silencio, luchan por sus libertades
«Este texto no es un libro contra ninguna religión, ni ninguna cultura (…) Es un libro contra aquellos que usan la religión, la cultura y las tradiciones para violentar, fanatizar, esclavizar y matar«. Con este pretexto Pilar Rahola presenta su nuevo ensayo ‘La república islámica de España’ (Ediciones RBA). Fruto de más de una década recabando información sobre este tema se anima a publicar porque, según confiesa, «el miedo forma parte del ADN del debate sobre el islam en nuestro país».
En esta entrevista en Periodista Digital, la periodista cuenta que
«Hasta ahora habíamos pensado que el Islam era como Lawrence de Arabia y, de repente, es una presencia habitual en nuestros barrios y ciudades.»
Pero lejos de lo que ella llama los discursos «malistas» sobre los musulmanes, asegura que la mayoría son parte de la solución a los problemas derivados del radicalismo.
«Si no le decimos a los musulmanes que son bienvenidos pero los radicales no, no lo van a entender. Cualquier discurso que estigmatiza a dos millones de personas en España y 1.300 millones en todo el mundo es un discurso malvado.»
Pero en España nos encontramos con un obstáculo en el otro extremo. Pilar Rahola habla del «buenismo» derivado de lo políticamente correcto y del «lío mental considerable que tiene la izquierda con el Islam».
«El buenismo es que un padre salafista obligue a una niña a ir tapada al colegio, que el centro diga que sus normas no lo permiten y que la administración obligue a la escuela a aceptar la imposición del padre.»
«Esto es no entender, como explican todas las mujeres musulmanas que luchan por su libertades, que el pañuelo es el estigma primero. Cuando poner el pañuelo a una niña de ocho años significa que esta en el mercado para ser casada».
Rahola denuncia en su libro, entre otras cosas, el hecho de que líderes de organizaciones radicales en España son interlocutores del Gobierno».
Aunque actualmente ya está muy diluida, la autora siempre se ha mostrado crítica con lo que se conoció como Alianza de Civilizaciones propuesta en su momento por el presidente Rodríguez Zapatero. Es lo que ella define como cuento de hadas de la integración.
«Fue un error de mirada. (…) No hay ni un choche ni una alianza de civilizaciones. Aquí hay una civilización y una barbarie. La civilización es aquello que ampara en derecho a ser lo que uno quiere ser. La barbarie es decirle a un niño de ocho años que tiene ser una bomba.»
