La plataforma de los indignados, que este 8 de junio de 2011 estuvo seis horas protestando ante el Congreso de los Diputados e invade desde hace casi un mes la Puerta del Sol y las principales plazas de otras ciudades, ha alumbrado el manifiesto «transmaricabollo«, un documento que pide el libre acceso al cambio de sexo para menores e inmigrantes, cuestiona el matrimonio y arremete duramente contra «la mercantilización de las sexualidades no normativas«.
Después de ser portada el martes en el New York Times y lograr el apoyo de Paris Hilton, la acampada de la Puerta del Sol se despide de los espectadores este domingo, dejando un rastro de manifiestos que recuerdan a las soflamas de liberación sexual de Mayo del 68.
El irresistible atractivo de la indignación llevó ese mismo día incluso a la mujer más rica de España, Rosalía Mera, cofundadora de Inditex con su ex marido Amancio Ortega, a afirmar que sentía «mucha tentación de estar con los indignados en los Cantones» (La Coruña).
Además de trasladar su actividad a las asambleas de barrio, los indignados de la Puerta del Sol estrenaron otro tipo de escaramuzas con una sentada frente al Congreso de los Diputados a partir de las 19 horas, a la que acudieron un millar de personas, informó EFE citando fuentes policiales.
Ecologismo rancio
Algunos manifiestos proclaman verdades de perogrullo, como el del Grupo de Medio Ambiente, titulado Respiramos aire, bebemos agua, comemos alimentos.
En un tono que quizá recuerde al discurso de Zapatero en Copenhague en 2009, cuando afirmó que «la Tierra no pertenece a nadie, salvo al viento», este manifiesto recuerda que «por encima y por debajo de todo, somos naturaleza».
Este manifiesto propone el regreso a la Edad de Piedra, al criticar la creación de «nuestras cúpulas de aislamiento, llamadas ciudades», a las que «hemos abastecido de energía, de alimentos y de materias primas, a través de canales que generan miseria, polución y, sobre todo, inconsciencia de las consecuencias de nuestro tren de vida».
Tras denunciar que «hemos esclavizado a los animales» y de condenar el crecimiento que equivale a pretender ser «infinitos en un mundo finito», el manifiesto propone como solución:
«integrarnos en la autorregulación de la naturaleza: aprender a vivir como seres vivos, dándonos cuenta de que nuestra supervivencia y bienestar sólo es posible como parte de los ecosistemas».
Sexo a gogó
Más concreto es el manifiesto referido a asuntos sexuales, generado por la «asamblea transmaricabollo». En sus 14 puntos, además de denunciar el sexismo, apoyar la transexualidad -y el acceso a ella de inmigrantes y menores- y reclamar la legalización de la prostitución, piden que se admita la poligamia o cualquier forma imaginable de relación sexual múltiple:
«Defendemos el reconocimiento de la pluralidad de formas de relación que exceden el modelo tradicional de monogamia y familia nuclear. Denunciamos los privilegios exclusivos del matrimonio en detrimento de otros tipos de relación».
Según el manifiesto «transmaricabollo», es preciso más sexo en las escuelas y en la calle, así que defienden:
«el derecho a una sexualidad pública que no se articule en términos de prohibiciones, secretos y tabúes, que no esté condenada al armario de la intimidad, y que se incorpore como tema de debate en todos los ámbitos de la sociedad.
Demandamos la incorporación en el sistema educativo de una educación sexual integral plural. Exigimos medidas efectivas para evitar el bullying homofóbico y transfóbico».
El lenguaje del manifiesto se complica al denunciar «la mercantilización de las sexualidades no normativas», hasta el extremo de declarar: «Nos posicionamos como transmaricabollosbiqueer anticapitalistas».
Contra la Iglesia
Saltando al campo de las relaciones Iglesia-Estado, el manifiesto exige:
«el fin de la financiación pública de cualquier entidad religiosa o política que desarrolle políticas sexistas, homófobas, lesbófobas, bífobas y tránsfobas. Exigimos la revocación inmediata de cualquier cargo público que realice declaraciones transmaricabollobifóbicas e incite al odio».
Tras atacar a los medios de comunicación por «la representación tendenciosa y reduccionista» que hacen «de las sexualidades no normativas», el manifiesto exige:
«Que se garanticen los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas» y concluye animando «a la rebelión de los cuerpos, y a poner nuestros cuerpos y placeres por encima de la lógica del mercado».
DEL CONGREO A SOL Y DE SOL AL CONGRESO
Tienen tiempo para todo, porque este miércoles se fueron desde la Puerta del Sol hasta el Congreso delos Diputados a protestar contra el proyecto de reforma de la negociación colectiva.
Cerca de mil personas se reunieron durante seis horas en los aledaños de la Cámara Baja, convocados a través de las redes sociales.
«O pasamos o acampamos», amenazaron los ‘indignados’ mientras unos 50 furgones policiales vigilaban su avance a sólo 20 metros del edificio.
Finalmente, a pocos minutos de las dos de la madrugada, los indignados decidieron marcharse. «Una retirada a tiempo es una victoria», exclamaron mientras dejaban a sus espaldas los leones del Congreso de los Diputados.
Algunos volvieron a sus casas, otros apenas tuvieron que caminar unos metros para llegar al lugar donde iban a pasar la noche: la cercana acampada de Sol.
En ambos casos, todos estaban relativamente contentos con el resultado de la concentración.
Ahora toca repetir el llamamiento para «hacer ruido» en la toma de posesión de los alcaldes que tendrá lugar el sábado 11 de mayo.