El presidente del Congreso, José Bono, se ha despedido de la Cámara con un discurso emotivo, en el que ha dado las gracias al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por su labor y por elegirle para el cargo y a todos los portavoces, a los que se ha referido con afecto uno por uno.
A todos ellos también les ha pedido disculpas por sus «faltas» durante esta legislatura en la que, ha recordado, ha sido el 144 presidente de la Cámara Baja española.
Antes de que se produjera la votación de las últimas normas que el Congreso aprueba en esta novena legislatura, Bono se ha dirigido a los diputados para recordarles que hoy «no es un día cualquiera», y mientras algunos de ellos centrarán a partir de ahora su «ímpetu» en renovar el acta, otros se despedirán para siempre y otros dicen «hasta luego».
El presidente de la Cámara Baja ha dedicado palabras a todos los portavoces, pero ha sido especialmente cariñoso con el presidente del Gobierno.
«Gracias presidente, especialmente por lo que no te las den, por lo que hayas sufrido y no esté reconocido, por lo que hayas hecho en favor de España», le ha dicho Bono a Zapatero, a quien también ha agradecido el haber decidido que fuera él quien presidiera el Congreso en esta legislatura.
También ha tenido Bono un mensaje de afecto hacia el líder del PP, Mariano Rajoy, que no se encontraba en el pleno, y con quien, según ha destacado, siempre ha tenido «una línea de acceso cordial».
Al iniciar su discurso, Bono ha deseado a todos «suerte y que sean felices», para después recordar que ésta legislatura ha tenido momentos difíciles, situaciones tensas y complicadas, «errores y micrófonos indiscretos», pero al mismo tiempo se han estrechado relaciones y han surgido amistades antes «ni siquiera podíamos imaginar».
Como ejemplo ha puesto la amistad que se lleva de los portavoces del PNV, Josu Erkoreka, y de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida.
Así, ha señalado que si al principio de la legislatura no habría dicho «ni mu» a Erkorerka, ahora sería injusto no proclamar el afecto que tiene hacia él, mientras que ha señalado que también Duran le ha «regalado» su amistad, y el nacionalismo tiene en el portavoz catalán «una cara amable» y con él «se aventuran siempre los acuerdos».
Después ha recordado que, aunque está en las «antípodas en la concepción de España» sobre lo que piensan los diputados de ERC Joan Ridao, Joan Tardá y Francesc Canet, pero a pesar de ello guardará un «magnífico recuerdo de sus personas y sus atenciones».
Especialmente afectuoso ha sido Bono con el diputado de IU, Gaspar Llamazares, cuya «honorabilidad» es «incuestionada» por toda la Cámara, y en su opinión resulta «ejemplar».
De los diputados del Grupo Mixto ha señalado que son los que más conoce, aunque sólo sea por las veces que han ido a su despacho para pedirle más tiempo en las intervenciones, que no les ha podido conceder por cumplir el reglamento, y se ha detenido en la diputada Uxue Barkos, de Nafarroa Bai -que ha tenido un cáncer de mama- para desearle «salud, mucha salud».
Tras citar a Rajoy, ausente en la Cámara, Bono ha felicitado a Soraya Sáenz de Santamaría, la portavoz del PP, embarazada de siete meses, «por lo que quiere y espera ser, madre».
El presidente del Congreso ha dejado al PSOE para el final, por esa «inclinación cristiana» de que «los últimos pueden ser los primeros».
A sus compañeros de filas les ha pedido disculpas por «soportar las cosas de Bono» y por admitirle entre ellos, se ha dirigido en concreto al portavoz, José Antonio Alonso, y al secretario general del grupo, Eduardo Madina.
«Con placa de la santa o sin ella mis relaciones son y serán maravillosas con el partido socialista» ha bromeado Bono al aludir a sus desencuentros con su grupo durante la polémica en 2008 sobre la placa a la Madre Maravillas, que finalmente no se colgó en la Cámara.
Y tras una última disculpa a todos por las «faltas» que en estos cuatro años ha podido cometer, Bono ha dado su discurso por concluido: «y ahora vamos a votar».
