Austeridad y reformas son los dos ingredientes de una política cuyo único objetivo es que se puede crecer para crear empleo cuanto antes
Mariano Rajoy ha comparecido este 28 de diciembre tras el Consejo de Ministros para hacer balance de su gestión en 2012, en lo que será la última rueda de prensa del año.
«Las cosas han sido más difíciles de lo que esperábamos».
El presidente del Gobierno ha destacado que su partido nunca se imaginó que se encontraría un déficit como el que se encontró al llegar al poder.
Aunque piensa que 2013 será un año «muy duro», espera que empiece a mejorar en la segunda mitad.
«No hay que engañarse, tenemos un año muy duro por delante, especialmente la primera mitad».
En su opinión, la economía seguirá en recesión algún tiempo.
«No estamos donde quisieramos estar, pero gracias a los sacrificios no nos vemos obligados a otros mayores».
En este sentido, ha pedido a todos los españoles «comprensión y solidaridad».
En cualquier caso, Rajoy confía en que la economía española pueda mejorar a partir del segundo semestre, gracias a la «corrección del rumbo» y a los «sacrificios» que están asumiendo los españoles.
A su juicio, las reformas que ha puesto en marcha el Gobierno están empezando a dar «algunos frutos», como lo pone de manifiesto la corrección del déficit público, la mejora de la balanza por cuenta corriente o la menor destrucción del empleo privado, así como el reconocimiento por parte de los socios europeos y de los mercados internacionales del esfuerzo que está haciendo España.
«Austeridad y reformas son los dos ingredientes de una política cuyo único objetivo es que se puede crecer para crear empleo cuanto antes, sabemos que no se producen efectos instantáneos, sabemos que mucha gente está impaciente, son ya cinco años de crisis, mucha gente se está dejando llevar por el escepticismo cuando no por la desesperanza y mucha gente se siente decepcionada por la falta de resultados».