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Si algo diferencia a Mariano Rajoy de los anteriores presidentes es la experiencia política. Con la excepción de Leopoldo Calvo-Sotelo, que había sido ministro, el actual jefe del Ejecutivo tiene la enorme ventaja de alcanzar La Moncloa con una edad y una experiencia de Gobierno que no han tenido ninguno.
Tiene unos diez años más que los anteriores y ha sido vicepresidente durante tres años, ministro por otros siete -de cuatro Ministerios distintos-, ha presidido Consejos de Ministros, comisiones delegadas de asuntos económicos, comisiones de secretarios de Estado y subsecretarios…
La gestión de lo público no se aprende en la universidad, sino con la propia experiencia. Sabe, así, que en la dimensión política el tiempo es fundamental y su horizonte temporal es dilatado. Lo suficiente para poder trabajar.
Dicen los que le conocen que si algo no tiene Rajoy son ensoñaciones. Sabe que no lo tiene fácil.
Los que antes le acusaban de perezoso o incluso vago le tachan ahora de hiperactivo.
NOTA.- leer artículo completo en ‘ABC’