El Gobierno de Mariano Rajoy ha anunciado a través de una simple nota de prensa a las cinco de la tarde el ahorro adicional, inesperado y abrupto de 10.000 millones de euros que recae directamente en Sanidad y Educación. Desconcertante anuncio que ha dejado patidifusos a propios y extraños tras una jornada de declaraciones confusas e incluso contradictorias entre los miembros del Ejecutivo y del Partido Popular.
Algo gordo, muy gordo, está pasando para que el Gabinete se haya visto empujado a este extraordinario anuncio realizado apenas una semana después de la presentación de los Presupuestos Generales del Estado y que le deja de nuevo, y de qué manera, en el precipicio del incumplimiento de sus propias promesas.
Una actuación que recuerda a aquella intervención de Rodríguez Zapatero en mayor de 2010 cuando recortó 15.000 millones congelando las pensiones y recortando el salario de los funcionarios y que más tarde supimos por el entonces presidente del Gobierno que España estuvo al borde mismo de la intervención.
Este lunes de Pascua es festivo en las bolsas europeas. Pero el cierre de los mercados el viernes sumió de nuevo a nuestro país en su particular Via Crucis con una prima de riesgo que volvió a asomarse al despeñadero superando los 400 puntos básicos con respecto al bono alemán.
Cuando abran de nuevo las bolsas estarán encima de la mesa las nuevas medidas de La Moncloa con anuncios de privatizaciones y un calendario de reformas estructurales.
Por la cuenta que nos trae, esperemos que surtan efecto. Y esperemos también que Rajoy logre concitar el mayor número de apoyos posible porque en este barco estamos todos. Una embarcación que hace aguas por los cuatro costados.
El PSOE y el resto de los partidos de la oposición deberían ser los primeros en achicar el agua en lugar de agrandar las grietas con insumisiones fiscales y actitudes fuera de la realidad.