El cabello estará aseado "en todo momento" y en el caso de los hombres deberá llevarse "corto"
La Policía prepara un nuevo y extenso reglamento sobre uniformidad y condecoraciones que, entre otras disposiciones, reitera la prohibición de lucir «piercings» en zonas visibles y también veta los peinados, maquillajes o complementos que puedan considerarse «estrambóticos o extravagantes».
El borrador del reglamento, al que ha tenido acceso Efe, dedica un capítulo entero a las «obligaciones y prohibiciones» que deben cumplir todos los agentes en relación con el uniforme del Cuerpo Nacional de Policía, el aseo personal y la actitud mientras están de servicio.
«No se adoptarán posturas indolentes o contrarias al decoro propio de la dignidad del cargo que ostentan», proclama el artículo 37 del borrador de reglamento, en el que también se prohíbe expresamente la ingesta de alcohol mientras se está de servicio.
El texto establece que todas las prendas del uniforme deberán llevarse en «perfectas condiciones de limpieza y pulcritud», y con una talla adecuada a las medidas del agente.
El cabello estará aseado «en todo momento» y en el caso de los hombres deberá llevarse «corto», de forma que no tape las orejas ni el cuello de la camisa o guerrera.
La barba de «dos días» queda prohibida, por lo que el personal masculino uniformado tendrá que permanecer «bien afeitado».
En aquellos casos en los que el policía prefiera lucir barba, bigote, perilla o patillas, estarán arregladas y aseadas, y en ningún caso ocultarán el nudo de la corbata «por motivos de seguridad».
También por motivos de seguridad, las mujeres policía con el pelo largo tendrán que llevarlo recogido en una coleta que, además, no bajará más allá de los hombros.
Si están embarazadas, podrán llevar ropa civil a partir del tercer mes de gestación, siempre que así se justifique por prescripción médica.
El cambio del uniforme de verano al de invierno, un hecho que ha provocado una reciente polémica en la Guardia Civil, será decisión de los jefes superiores de Policía, atendiendo eso sí, a las condiciones climatológicas particulares de cada región.
Más allá de la uniformidad, el borrador de reglamento, que consta de 121 artículos, veta a los hombres los pendientes de cualquier tipo, y a las mujeres los que sobrepasen por su tamaño el lóbulo de la oreja.
Tampoco se permite el uso de complementos de joyería y bisutería «conocidos como piercings o similares» en zonas visibles al público, ni peinados, maquillajes, o cualquier otro elemento que puedan ser considerados «estrambóticos o extravagantes, o «contrarios a la imagen que se debe transmitir a los ciudadanos».
El texto dedica un título completo al «deber de saludo», obligatorio para todos los policías cuando se dirigen tanto a ciudadanos de a pie, como a mandos jerárquicos o compañeros del Cuerpo en general.
El incumplimiento de las normas de «cortesía policial» y la «omisión intencionada» del saludo protocolario a un superior, puede acarrear una sanción disciplinaria, que irá desde un simple apercibimiento hasta la pérdida de cuatro días de empleo y sueldo, según consta en el Régimen Disciplinario de la Policía.
Quedan exentos del «deber de saludo» los conductores de vehículos cuando están en movimiento y el «tránsito lo impida», los policías que se encuentra custodiando o trasladando a personas detenidas, o aquellos agentes que estén realizando «servicios especiales» o de labores de vigilancia sin uniforme.
Dentro del capítulo de condecoraciones y distinciones, el borrador de reglamento introduce el «bastón de mando», un nuevo atributo «símbolo de autoridad» y de uso exclusivo de los responsables máximos de las unidades o plantillas policiales.
El «bastón de mando», reservado para actos solemnes, se llevará «de forma natural» con el brazo izquierdo extendido y sujeto por la mano «sin cerrar el puño» y dejando ver el extremo ornamentado, añade.El reglamento advierte además de que el bastón nunca deberá ser entregado a modo de regalo por parte de la Policía a personas o instituciones.
Por último, el borrador hace una completa reforma de las divisas que exhiben los agentes en las hombreras del uniforme y que distinguen a las diferentes escalas y categorías del Cuerpo Nacional de Policía.
TENSIÓN EN EL SUP
Según informa El Telediario de Intereconomía, se quejan de la nueva ley de personal que prepara el Gobierno, del nuevo uniforme y de regresar al saludo militar.
Sin embargo, las verdaderas razones son otras
La decepción con el actual director general de la Policía, Ignacio Cosidó, comenzó cuando nombró el Consejo de la Policía.
El tradicional peso del SUP en dicho organismo se vio fuertemente infraponderado.
Después vino la ambigüedad en la política penitenciaria con los presos etarras y el aparcamiento del caso faisán.
Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el expediente abierto al comisario Agapito Hermes de Dios que investigó el chalet de Marbella del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.
Fernández Díaz califico la investigación de ilegal mientras que el SUP la consideró “habitual”.
El SUP no perdona que la política vuelva a interferir en asuntos puramente profesionales de la policía.