El Gobierno supeditaba su petición de ayuda a la Unión Europea a este dictamen y Alemania había filtrado que Rajoy lo haría este fin de semana
El Fondo Monetario Internacional dio un vuelco anoche a la agenda de Mariano Rajoy. El organismo financiero esperó al cierre de Wall Street y, pasadas las dos de la madrugada, hizo público un informe que pone patas arriba el calendario con el que trabajaba el Gobierno español.
Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro celebrarán este 9 de junio de 2012, a las 16.00 hora española, una teleconferencia urgente sobre el posible rescate europeo al sistema bancario español.
La reunión online implicará a los ministros de Economía y Finanzas y no a los secretarios de Estado como habían anticipado algunos medios de comunicación.
EL INFORME DEL FONDO
El FMI considera que los costes de rescatar las entidades españolas con problemas son demasiado altos para ser asumidos solo por el sector y cree que puede hacer falta dinero público.
Advierte que las necesidades de capital son de unos 40.000 millones.
El informe señala que los grandes bancos españoles son sólidos, que el núcleo del sector financiero está bien gestionado y resistiría nuevos shocks, pero que hay que hacer frente a las vulnerabilidades del sistema.
El FMI critica que «en los últimos años, el enfoque gradual aplicado a la adopción de medidas correctivas permitió a los bancos débiles continuar operando en detrimento de la estabilidad financiera», aunque responsabiliza principalmente de la lentitud en la respuesta no al Banco de España, sino a la complejidad legal y de gobierno corporativo de las cajas de ahorros.
Se cerraba así una nueva jornada que refleja el clima de desestabilización en el que el Ejecutivo tiene que enfrentarse a esta crisis.
LA PALABRA MALDITA
A pesar de que Rajoy había asegurado el lunes que España no contemplaba pedir a la UE ningún tipo de ayuda financiera, este 8 de junio la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría admitió que el Gobierno puede necesitar fondos europeos para capitalizar a los bancos, aunque subrayó que no tomará ninguna decisión hasta el próximo día 21 de junio de 2012.
Esa es la fecha en la que las auditoras Oliver Wyman y Roland Berger presentan su informe sobre la situación de la banca española.
Horas antes de que se hiciera pública oficialmente la evaluación del FMI, la vicepresidenta del Gobierno había tenido que desmentir una noticia de la agencia Reuters, según la cual el Eurogrupo se iba a reunir este sábado, 9 de junio, para discutir el rescate de España.
Su presidente Jean-Claude Juncker también salió al paso de esta información, subrayando que esa convocatoria no iba a producirse.
Es la tercera intoxicación en una semana. Primero, se atribuyó al Gobierno español una petición de ayuda al BCE para rescatar a la banca, más tarde un funcionario europeo en línea con Alemania criticó «el orgullo» español por negarse a acogerse a los mecanismos de rescate y este viernes circuló el rumor de una inminente intervención este fin de semana.
INTOXICACIONES A GRANEL
Y ello agudizado por unas declaraciones de Mario Draghi en las que criticaba al Gobierno de Rajoy por su gestión de la crisis bancaria y por las manifestaciones de un portavoz de Angela Merkel que sugería a España que pidiera las ayudas siguiendo los procedimientos establecidos.
Por si ello no fuera suficiente, el presidente Barack Obama urgió a la UE a capitalizar los bancos europeos con problemas de solvencia, lo que se interpreta como un gesto de presión hacia Alemania.
El líder norteamericano, al igual que el francés François Hollande, es en estos momentos un aliado de Rajoy, ya que empuja a Berlín hacia políticas de crecimiento y flexibilidad monetaria. Pero el Gobierno español está muy presionado por las enormes dificultades de financiación para el Tesoro y para bancos.
RAJOY MANTIENE EL TIPO
Como subraya el diario ‘El Mundo’ en su editorial, en esta compleja situación, y a pesar de los continuos rumores que hacen muy difícil mantener la calma, Rajoy no da la impresión de que vaya a precipitarse a ceder a las presiones de Alemania y sus satélites.
Y ello porque es mucho lo que se juega España, lo que obliga al presidente a buscar una fórmula para capitalizar los bancos con problemas de solvencia sin comprometer la soberanía nacional.
Como dice ‘El País‘, muy crítico con el Gobierno en este trance,la estrategia de Rajoy es clara: imponer un silencio absoluto en su Ejecutivo y en el PP -desautorizó a todos el jueves- y, mientras, dedicarse al trabajo de despacho para rematar las condiciones del rescate.
«El Ejecutivo no pronuncia en público esa palabra maldita, pero casi nadie se anima a negar en privado la evidencia. El Gobierno, eso sí, insiste en que España está logrando, en sus negociaciones, que el dinero para los bancos no llegue condicionado a decisiones de política económica. Esto es, no habrá más recortes -pensiones, sueldos de funcionarios, seguro de desempleo- a cambio de la ayuda para los bancos».
España necesita y merece que la ayuden. Y va a contar con la solidaridad europea. En cualquier caso, esos 40.000 millones que están a punto de ser aprobados no puede llegar a cambio de condiciones humillantes o de una dejación de su soberanía.
El presidente y en especial su ministro de Economía, Luis de Guindos, reforzado internamente con el nombramiento del gobernador del Banco de España, están a estas horas inmersos en una complejísima negociación.
No se quiere ni se va a pronunciar en La Moncloa la palabra ‘rescate‘, aunque cambiar de nombre a las cosas no modifica su naturaleza.