«Voy a la Eurocopa porque la situación está resuelta y por la selección», zanjó ayer Mariano Rajoy desde el Salón de Tapices del Palacio de la Moncloa tras asumir públicamente el ‘rescate blando’ («línea de crédito […] no voy a entrar en debates nominalistas») de hasta 100.000 millones de euros aprobado la tarde anterior por el Eurogrupo vía teleconferencia.
El hecho es que Rajoy, tras dar explicaciones, tenía varios motivos para acudir al debut de la selección española en la Eurocopa, al margen del de animar a una selección que se ha erigido en uno de los puntales de la marca España.
- 1. Fue invitado. Su homólogo polaco, Donald Tusk, había cursado invitación a la Moncloa con anterioridad. Durante la VIII reunión de Alto Nivel Hispano-Polaca del pasado doce de abril, a la que el Gobierno otorgó la máxima importancia por los múltiples intereses de España en aquel país, Tusk anunció que Rajoy estaba formalmente invitado por su Gobierno para asistir al primer partido de la selección española. Ironías del destino, durante la comparecencia posterior a la entrevista de Tusk y Rajoy, el presidente recalcó que «nadie ha planteado un rescate y nadie va a plantearlo, ni está en la agenda de nadie».
- 2. Polonia es un mercado preferente para las empresas españolas. Polonia representa hoy en Europa un suerte de España de los noventa. Los polacos son hoy los principales receptores de los fondos de cohesión de la Unión Europea (habrá recibido 67.000 millones en fondos estructurales entre 2007 y 2013) y las oportunidades de inversión se multiplican en aquel país.
Algo que aprovechan ya destacadas firmas españolas, grandes empresas, y que el Ejecutivo quiere que hagan ahora las Pymes. Rajoy y Tusk fijaron un encuentro de Pymes este octubre en Madrid para ahondar en las relaciones comerciales, mientras que después se celebraría otra cita en Polonia con grandes contratistas (básicamente, de infraestructuras y energía). - 3. La selección es un valor seguro. De cara a cuestiones de imagen, la selección de fútbol es un valor seguro. Campeona del mundo y de Europa, es difícil que nuestro combinado nacional pierda un partido. Asociar su imagen a la de los jugadores victoriosos es quizá la mejor campaña que pueda imaginarse para un político que atraviesa momentos duros.
NOTA.- leer artículo original en ‘La Gaceta’