El futuro preocupa al Gobierno de Rajoy, que no desea una ruidosa transición en La Zarzuela llegado el momento
El artículo sale en Elsemanaldigital —Simulacro de la «operación Felipe VI»: el Gobierno se prepara–, diario online que dirige su autor y dadas las fuentes de Antonio Martín Beaumont, cuyo conocimiento de lo que ocurre en la sede popular de la madrileña calle Génova y en la política nacional está acreditado, lo reproducimos por su indudable interés para todos los lectores.
Escribe Beaumont:
Don Felipe de Borbón afronta una prueba de fuego como representante del Rey. Durante las próximas semanas, tiempo que necesitará Don Juan Carlos para recuperarse de su nueva operación de cadera, el heredero debe tomar las riendas ante la opinión pública de la Casa Real, afectada por los escándalos y más cuestionada que nunca por la sociedad. Ya ganó visibilidad durante la pasada Cumbre Iberoamericana en sustitución de su padre que, pese a estar medicado, evidenció sus dolores y problemas de movilidad.
De hecho, entre distintas delegaciones llegó a correr el rumor del anuncio del Monarca sobre que la de Cádiz sería su última cumbre. Más aún cuando el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, dejó caer que el Príncipe estaba listo para tomar las riendas de la Institución. Todo quedó al final en la necesidad del Rey de pasar por el quirófano por segunda vez en 7 meses. El futuro, sin embargo, preocupa al Gobierno de Rajoy, que no desea una ruidosa transición en La Zarzuela llegado el momento.
El temor extendido en instancias gubernamentales pasa por que «el problema» -así lo tildan- lleve aparejado un desgaste de la Jefatura del Estado. El Rey interrumpirá su baja para leer el discurso de Nochebuena y regresará al trabajo coincidiendo con la celebración de la Pascua Militar el 6 de enero de 2013. Aun así, en el Ejecutivo empiezan a convencerse de que algo habrá de hacerse antes o después, a la vista de la salud del soberano.
Con la que está cayendo sobre el país, con CiU lanzada al independentismo y el PSOE en una escandalosa indefinición sobre el modelo de Estado, el PP se ve como único aval de unidad de España que consagra la Constitución y la continuidad de la Monarquía. De ahí que en el Gabinete apuesten por fortalecer estos días la figura de Don Felipe, que está llamado a convertirse en Felipe VI.