El presidente asegura que la “distribución del déficit será ordenada entre todos”
«En esta legislatura bajaremos los impuestos y habrá crecimiento económico y creación de empleo».
Mariano Rajoy condensó este 18 de mayo de 2013 en una frase tres elementos que pretendían rebajar el pesimismo instalado en el PP desde el pasado 26 de abril, cuando el Gobierno asumió que llegará a 2015 con más paro del que se encontró en 2011, y transmitir, sobre todo a los suyos, un mensaje positivo frente a unas previsiones desalentadoras.
«No estoy satisfecho de ninguna de las maneras de los resultados obtenidos a lo largo de estos meses», admitió el presidente del Gobierno en su intervención en el cónclave interparlamentario de los populares celebrado en Salamanca.
«Creo que hemos marcado un rumbo… Claro, destruir es muy fácil y construir es muy complicado, pero quiero que sepáis que esta situación la vamos a superar».
«Hasta que no haya crecimiento económico y se empiece a crear empleo en España, no podemos parar. Mientras no se consiga ese objetivo, no podemos estar satisfechos y, por eso, yo no estoy satisfecho de ninguna de las maneras de los resultados que hemos obtenido a lo largo de estos meses. Creo que hemos marcado un rumbo, damos pasos en la buena dirección. Claro, destruir es muy fácil y construir es muy complicado».
Si bien el presidente ha ‘sacado pecho’ con las reformas emprendidas por su equipo para afrontar la situación económica –«la prima de riesgo ya no está por encima de los 600 puntos y ya nadie me pregunta por el rescate»– Rajoy ha reconocido que el fin último de las «duras medidas» tomadas no se ha alcanzado.
«Hasta que no se empiece a crear empleo no podemos estar contentos».
Y, en ese sentido, su mensaje ha sido entre optimista y esperanzado, a falta de que la realidad lo constate:
«En esta legislatura bajaremos los impuestos y habrá crecimiento económico y creación de empleo».
También ha hablado, y mucho, del traído y llevado déficit que tantos ríos de tinta ha hecho correr esta semana por la rebelión de los propios barones populares ante el escenario de un déficit a la carta que beneficie a Cataluña.
El presidente del Gobierno ha prometido que se hará una «distribución» ordenada del déficit entre todas las administraciones y se ha mostrado convencido de que se llegará a un acuerdo y entendimiento con las comunidades autónomas para el reparto.
Tras subrayar el gran esfuerzo que han hecho todas y cada una de las administraciones para reducir el déficit, lo que demuestra que todos, independientemente de su ideología, «son capaces de trabajar en aras del bien común», y de tirar del «mismo carro«, ha reconocido, eso sí, que los intereses de unos y otros «no coinciden muchas veces».
Algo que, dice, «es lógico», pero que no impedirá un acuerdo porque todos son «civilizados y sensatos».
En una conversación informal con periodistas a la salida de la Interparlamentaria, y acompañado del presidente castellanoleonés, Juan Vicente Herrera, Rajoy ha insistido en que no le preocupa el tema del reparto del déficit, y en cualquier caso ha recordado que no hay nada cerrado.
El jefe del Ejecutivo no ha querido, no obstante, aclarar si Cataluña saldrá más beneficiada que otras comunidades en ese reparto, al eludir responder a esa pregunta.
No hay posibilidad de un pacto de Estado
Por otra parte, Rajoy que no estará «de ninguna manera satisfecho» mientras la economía no vuelva a crecer y no se cree empleo.
«Destruir es muy fácil y construir es muy complicado», ha señalado el presidente, para quien el Gobierno «sabe dónde va», y al final de la legislatura la economía crecerá, se crearán puestos de trabajo y se podrán bajar los impuestos.
«Destruir es muy fácil y construir es muy complicado», ha señalado el presidente, para quien el Gobierno «sabe dónde va«, y al final de la legislatura la economía crecerá, se crearán puestos de trabajo y se podrán bajar los impuestos.
También se ha referido Rajoy en su intervención a la petición de pactos de Estado y grandes acuerdos que está encima de la mesa y que está pidiendo la oposición.
En cualquier caso ha asegurado que la reunión con los agentes sociales de esta semana fue «muy bien«, aunque no ve la posibilidad de llegar a un gran acuerdo global porque hay muchas cosas es las que es «muy difícil» que puedan entenderse, por ejemplo con los sindicatos en lo que se refiere a la reforma laboral.
Pero sí cree que hay muchas otras cosas en las que se pueden entender, como en política europea, en moderación salarial y de beneficios y en las decisiones que se van a tomar a la hora de fijar los precios públicos que hay que «contener«.
Además ha recordado que ha quedado en hablar sobre la sostenibilidad de las pensiones, la reforma de la administración, la política de formación y las políticas de ingresos y gastos públicos.
En definitiva, según Rajoy, se pueden buscar acuerdos, pero el Gobierno, ha reiterado, no puede basarlos en las políticas que llevaron al país a la crisis.