«No ha habido la más mínima instrucción política en los guiones de Cuéntame», afirmó sobriamente Leopoldo González Echenique el pasado jueves 27 de febrero de 2014, en la Comisión parlamentaria de control de RTVE. Y hasta ahí.
Ése es el problema del presidente del ente público. Que niega las intoxicaciones de la izquierda, por supuesto, pero lo hace con el mismo tono y convencimiento que uno le niega al médico llevar una vida sedentaria.
Es decir: A mí que me registren.
El último invento es que el PP presionó a la productora de la exitosa serie para que diera un perfil bajo a la victoria de Felipe González en 1982.
Poco antes que la jefa de Nacional de los Informativos, Cristina Ónega, cambió TVE por el CGPJ harta de las presiones de La Moncloa.
Aunque como esas dos ha habido mil desde que los populares tomaron las riendas (si es que las han tomado realmente).
No tiene ni pies ni cabeza, pero han conseguido que cuaje en la opinión pública la idea de que la TVE del PP es la de la manipulación y la del PSOE era la de la pluralidad.
Miren: cuando en 2004 los socialistas llegaron al Gobierno fulminaron a 33 directivos de la pública en apenas dos meses.
Aquella, la de José Luis Rodríguez Zapatero, Fran Llorente y Miguel Ángel Sacaluga, sí que era la tele del talante, ¿no?
Por cierto que estos dos últimos, según señalan fuentes populares, han convertido Torrespaña en su particular aldea gala.
De hecho el PP considera a ambos los máximos responsables de que a punto estuviera de saltar por los aires el II Convenio Colectivo de RTVE.
Pero, vayamos al meollo. A lo que realmente importa en un medio de comunicación.
La audiencia de la televisión pública no ha caído porque se haya convertido en TelePP. Si fuera así, ¿habría sido el líder de la oposición -como lo fue- el invitado de Los Desayunos justo el lunes posterior a la Convención nacional del partido en el Gobierno?
Pregúntense si el PSOE habría permitido algo así.
El descenso de los espectadores tiene que ver, por contra, con que las cosas no se hacen bien. Por más que Echenique y otros gestores de TVE culpe a los rigores presupuestarios de todos los males.
Por ejemplo, ¿de quién fue la idea de relegar Informe Semanal, sancta sanctorum de los Informativos, al late night de los sábados?
El fiasco de grandes apuestas como lo fue Uno de los nuestros; la poca rentabilidad en términos de audiencia de programas tan caros -por su producción externa- como Entre todos… No es por falta de dinero, sino por la toma de decisiones que denotan haber dejado de pisar este país hace mucho tiempo.
Para colmo a ello se suman las constantes triquiñuelas del PSOE. Entre lo uno y lo otro el equipo directivo de la corporación está grogui, dando tumbos por la lona sin poder reaccionar y permitiendo extenderse la imagen de que la tele de todos está en manos de personas que no se enteran de nada.
Aunque lo peor para los populares es que los tiempos más duros están por llegar. A medida que se acerquen las elecciones los socialistas desplegarán todo su arsenal.
Ya lo hicieron en tiempos de Alfredo Urdaci, buen profesional al que machacaron sistemáticamente -de «sectario» para arriba le ponían- hasta dejarle atado de manos antes de las generales de 2004. Y la historia se repite.
En fin, así les fue a los populares entonces, y no parecen haber aprendido nada… Marchan por el mismo camino.
