A perro flaco todo son pulgas. Vean si no cómo marcha el PP catalán de la mano de Alicia Sánchez Camacho: en trayectoria tan menguante que en el cuartel general de los populares en Madrid preocupa que en las próximas elecciones catalanas «estén peleando por alcanzar ocho diputados», once menos de los que tiene hoy en el Parlament el partido, aseguran fuentes de Génova 13.
Urge por ello dar una salida a Sánchez Camacho si se desea buscar alguien que refresque la imagen e intente evitar que el PP en Cataluña se convierta en irrelevante. Más todavía cuando esta cita autonómica, por sí sola tan importante cuando tanto hay en juego a nivel nacional, se dirime tres meses antes de las elecciones generales. Lo que ocurre es que se ha perdido ya tanto tiempo que cada vez las cosas están más complicadas.
La pelota, como todo en el Partido Popular, está en el tejado de Mariano Rajoy. El presidente del partido es el único que puede autorizar el «plan renove» de Sánchez Camacho. Más importante aún: sólo en su mano está la decisión última de nombrar otro candidato. Sobre todo, porque cuando ha habido algún intento en este sentido, el propio Rajoy lo ha desactivado tajantemente en conversación directa con la presidenta regional.
Quienes desean sustituir a Alicia Sánchez Camacho y tienen capacidad de susurrar al oído del líder se mueven estas semanas en dos líneas diferentes. Por un lado, Jorge Moragas, director de campaña del PP -esta vez con la complicidad de María Dolores de Cospedal, según dichas fuentes-, apuesta por promover a ese soplo «rejuvenecedor» que ha injertado en Madrid: la jovencísima catalana Andrea Levy (31 años la contemplan), recién nombrada por Mariano Rajoy vicesecretaria general de Estudios y Programas.
Pero al jefe de Gabinete del presidente en La Moncloa le ha salido una dura competencia, si además de lo que se trata es de convencer al jefe supremo: nada menos que Soraya Sáenz de Santamaría. Porque la vicepresidenta apuesta por promover como recambio a alguien con mayor experiencia y peso político, a quien Rajoy conoce de sobra y de cuya consideración goza: el diputado por Barcelona y secretario de Estado de Relaciones con la Cortes, José Luis Ayllón.
Mientras, otros miembros de peso en el PP catalán, como los diputados Dolors Montserrat, Antonio Gallego y Alejandro Fernández (éste también presidente provincial del partido en Tarragona), guardan prudente y leal silencio, seguramente porque la decisión de cambiar de candidato, faltando tan poco tiempo para la cita con las urnas, no es peccata minuta.
